El español Joaquim Purito Rodríguez (Katusha) ha presentado su candidatura a la Vuelta con un golpe de autoridad en la quinta etapa disputada entre Sierra Nevada y Valdepeñas de Jaén, de 187 kilómetros, en la que el francés Sylvain Chavanel (Quick Step) ha conservado el maillot rojo e Igor Antón ha confirmado su sequía, al perder cerca de un minuto.
Purito, de 32 años, tenía marcada la etapa y cumplió con su condición de favorito. Remató la segunda victoria consecutiva de su equipo, que controló toda la etapa y desplegó su potencial en la subida definitiva a Valdepeñas de Jaén, donde apareció de nuevo como figura estelar Dani Moreno, el ganador en Sierra Nevada, que le señaló al catalán el camino de la gloria.
No falló Purito, que disfruta del momento dulce que le llevó a la conquista de la reciente Vuelta a Burgos. Tenía la espina clavada desde 2010. En un final explosivo, hecho a su medida, sólo tuvo que esperar el momento para estallar. Ningún rival directo se pudo coser a su rueda y alzó los brazos después de 4h.42.54, poniendo fin a una jornada que se cerró con adelanto, a una media de 39,6 kms/hora.
El ciclista de Parets del Vallés, número uno de la clasificación mundial la pasada temporada, vivió una subida final "como si se tratara de una clásica belga, con un ambiente espectacular"· con tiempo para comprobar que la gente que llenaban las aceras del pueblo conocen su nombre.
Eufórico, Purito, que se llevó 20 jugosos segundos de bonificación, cruzó la meta con 4 de adelanto sobre el holandés Wouter Poels (Vacansoleil) y 5 respecto al madrileño Dani Moreno, quien tuvo opciones de ganar si no hubiese sido por la aplicación de la obediencia debida a su jefe.
No hubo destrozos. Los favoritos entraron en tiempos razonables. Scarponi (Lampre) y Van den Broeck (Omega) se dejaron 8 segundos, y Nibali (Liquigas) y Menchov (Geox) 11. Más atrás llegaron Wiggins (Sky) y Brajkovic (Radioshack) a 20. De nuevo perdió comba Antón, que se dejó 57 donde hace un año abrazó la gloria. Su compañero Mikel Nieve, que entró con los favoritos, se pone los galones en la escuadra vasca.
Una etapa rompepiernas que salió disparada de Sierra Nevada tras el homenaje a Xavi Tondo. Otra vez el calor, enemigo implacable desde la salida playera de Benidorm. Intentos de fuga permanentes, ganas de batalla en terreno de sube y baja constante.
La fuga inicial fue multitudinaria, 18 corredores, pero eran demasiados para el pelotón, y algunos muy peligrosos, como el suizo Albasini (HTC), el estonio Taaramae y el eslovaco Peter Sagan. Fue el motivo que obligó a Purito a poner en alerta a todo su equipo para que no alcanzaran en ningún caso una ventaja superior a los 3 minutos. El maillot rojo peligraba además para el Quick Step de Chavanel.
El Katusha no paró en su objetivo hasta 17 kilómetros de meta, cuando tiraron la toalla los últimos supervivientes de la aventura, Albasini, el alemán Johannes Frohlinger (Skil) y el cántabro Angel Madrazo, diamante en bruto del Movistar equipo que sigue cebado con la desgracia, pues el abuelo Chente García Acosta acabó en el Hospital de Jaén nada más superar el primer paso por Valdepeñas de Jaén, donde le fue diagnosticado fractura de cúbito y radio.
Quedaba la esencia de la etapa, el segundo paso por el Alto de Valdepeñas (2a) y el infierno final de 1000 metros de las Eras del Chaparral, una pared en el corazón de Valdepeñas de Jaén, una localidad que entró con éxito en el mapa del ciclismo por una sugerencia de la hija del boticario del pueblo, diputada provincial.
El francés David Moncoutié, tres veces rey de la montaña en la Vuelta, coronó el puerto en solitario con 25 segundos de ventaja. Detrás los favoritos reunidos al ritmo del Katusha ya iban tomando posiciones para la hora de la verdad.
Moncoutié entró en solitario en la boca del lobo, pero reventó en el repecho del 23 por ciento. Quedó clavado al asfalto mientras se sucedían los saltos. Le superó primero Dani Moreno, quien se llevó a "Purito" a su rueda, en carroza de plata. El jefe del Katusha arrancó tomó el mando con un salto a 400 metros de la pancarta para no mirar más atrás. Firmó su segunda etapa en la Vuelta y la sexta de la temporada, que une a la de Peña Cabarga de la pasada edición.
Una calada triunfal para el catalán, que bromeaba en la salida. "Es una etapa para mi, que estoy imbatible". Sus rivales dieron fe de ello. Si no dice lo contrario la contrarreloj de Salamanca, la "etapa reina" de Purito, también puede ser su Vuelta.