Tras la venta de Forlán al Inter, a falta sólo de la confirmación oficial, el Atlético de Madrid ha ingresado ya este verano 72 millones de euros. Sin embargo, si desmenuzamos esos traspasos vemos cómo Agüero y De Gea han salido por 40 y 25 millones –precios que, acorde con la calidad de los futbolistas, podrían considerarse como correctos- y Diego Forlán y Tomas Ujfalusi lo han hecho por 5 y 2 respectivamente, unos precios muy inferiores a sus valores.
El caso de Ujfalusi fue el primero, ya a comienzos de verano. Es cierto que el checo no es una estrella mundial, pero su buen rendimiento en el Atlético durante tres temporadas está fuera de toda duda.
Procedente de la Fiorentina, desembarcó en el verano de 2008 a coste cero, pues terminaba contrato con el conjunto viola. Tres campañas de rojiblanco en las que disputó 127 partidos para llegar a convertirse en un peso pesado dentro del vestuario. En junio le llegó una oferta muy suculenta del Galatasaray y, consciente de que podía ser su último gran contrato, no dejó escapar la posibilidad.
Lo llamativo llega cuando se conocen las cifras del traspaso: 2 millones. Una cantidad irrisoria para un defensa titular indiscutible en uno de los equipos más importantes de Europa, máxime sabiendo que goza de un buen cartel en varios países europeos, y que el Galata tiene dinero fresco.
El último caso, ayer mismo, el de Diego Forlán. El charrúa se marcha al Inter de Milán por sólo cinco millones. ¿De verdad vale eso? Vale que ya tiene 33 años, pero dos botas de oro –la última hace tres temporadas-, ser la estrella hace sólo un año de una selección muy limitada que llegó a las semifinales de un Mundial –en el que, por cierto, fue elegido el Balón de Oro-, la misma selección que, con el Cacha como figura, se proclamó campeona de Sudamérica hace apenas dos meses, y el haber marcado goles siempre allá donde ha estado son credenciales más que suficientes para pensar que no, que no vale eso.
Está claro que con su edad y con la floja última campaña que ha realizado en el Atlético –fruto, sobre todo, de las desavenencias con su entrenador- Forlán ya no vale los casi 40 millones que ofrecían por él hace bien poco; pero de ahí a que valga cinco hay mucha distancia... Y más sabiendo que, una vez más, el club que se lo lleva tiene dinero para soltar: acaba de vender a un futbolista por 30 millones –Eto’o, por cierto, tiene sólo dos años menos que Forlán- y necesita un delantero con urgencia antes de que se cierre el mercado.
Hay quien apunta a que las cifras de los traspasos son realmente más elevadas, pero que gran parte del dinero se queda por el camino, en concepto de comisiones, representantes, técnicos, operaciones... Vamos, que todos trincan, como siempre, pero en este caso más de lo habitual. Esa es la tesis que sostiene, sobre todo, la afición atlética, que ve en estas operaciones una muestra más de la pésima gestión de los mandamases colchoneros, Gil y Cerezo, a quienes ya no soportan.
Suponiendo que no sea ese el caso, tampoco sale muy bien parada la imagen del Atlético, pues eso significaría que son muy malos negociando; o ponen muy poco interés. Porque, ¿de verdad vale lo mismo Micael, futbolista que apenas jugaba en el Oporto y que nada más ser contratado por el cuadro madrileño ha sido cedido al Zaragoza, que Forlán? Las cifras oficiales dicen que sí: el traspaso de ambos se ha cerrado en cinco millones.