El suizo Michael Albasini (HTC) ha estrenado su palmarés en la Vuelta al anotarse en un reducido sprint de veinte corredores la primera etapa del tríptico montañoso del norte, disputada entre Sarria y Ponferrada, de 158,2 kilómetros, en la que el británico Bradley Wiggins (Sky) defendió con éxito, aunque con apuros, el maillot rojo.
Albasini fue el más fuerte a la hora de resolver la etapa. Neutralizó todos los ataques que lanzaron sus compañeros de fuga en los últimos kilómetros y en la recta de llegada fue más rápido que ninguno. Alzó los brazos por primera vez en una prueba grande por delante del italiano Eros Capecchi (Liquigas) y del español Dani Moreno (Katusha), éste último gran beneficiado del día, ya que logró bonificaciones que le permiten entrar en el top ten de la general.
El pelotón de los favoritos cruzó la meta a 1.33 minutos, entre ellos Bradley Wiggins (Sky), que salvó no sin esfuerzo el primer día del "infierno del norte" y el italiano Vincenzo Nibali (Liquigas). El defensor del titulo pescó 6 segundos de bonificación en el primer esprint intermedio, suficientes para escalar a la segunda plaza de la general, a solo 4 segundos del británico, mientras que Christopher Froome (SKY) pasa a la tercera.
Primer asalto de las tres etapas señaladas como claves en la presente edición. La carrera no ofreció respiro. Salió lanzada de Sarria, cuesta arriba, en busca del primer alto de los cinco que incluía el recorrido, el Alto de O Pico Da Peña (3a). Ritmo muy elevado, 40,6 kilómetros en la primera hora.
Múltiples intentos de fuga que mostraban las estrategias de los equipos interesados en la etapa y en la general. Incluso los ilustres salieron a escena. Nibali y Wiggins se apuntaron a la primera escapada, que resultó rentable para el siciliano, pues bonificó 6 segundos en el esprint intermedio de Becerrea.
Una vez anulada la aventura, los favoritos se juntaron mientras se formaba otra expedición de 29 corredores. La definitiva. Euskaltel buscaba la etapa con Nieve, Antón, Txurruka y Verdugo, el Liquigas de Nibali metió a Nerz y Capecchi, el inédito Geox a Sastre y De la Fuente y el Katusha de Purito a Dani Moreno y Losada. El Sky del líder Bradley Wiggins se quedó sin representación.
No estar atento le costó al Sky tener que afrontar la responsabilidad de perseguir. Superados los Altos de O Lago (3a) y de Folgeiras de Aigas (1a), Dani Moreno estrenó en cabeza el Puerto de los Ancares (1a), un obstáculo exigente de 11,8 kilómetros con pendientes máximas del 12 por ciento. El francés Moncoutié puntuó segundo y se colocó líder de la montaña. Quiere ser el primer corredor en ganar cuatro premios de la montaña consecutivos y ya luce el maillot de puntos azules.
En el descenso de los Ancares, Nibali lanzó una de sus dentelladas. El tiburón de Mesina se tiró a tumba abierta. Se soldaron a su rueda el sueco Kessiakoff y el holandés Mollema. La maniobra descolgó a Wiggins, Purito Rodríguez, Cobo y resto de candidatos. Otro lío para el Sky, obligado a otra paliza para neutralizar al grupo de Nibali, objetivo logrado a 42 kilómetros de meta. Fue cuando el Radioshack tomó las riendas de la persecución para proteger la clasificación por equipos y el puesto de Brajkovic en la general.
Pero ya era tarde. La veintena de fugitivos se iban a rifar un goloso triunfo de etapa, un tesoro para todos aquellos que aún no se han estrenado en la Vuelta, caso del Euskaltel, que lo intentó sin suerte. Una renta de dos minutos a 20 kilómetros de meta sería suficiente para no ser absorbidos por el pelotón.
Además tenían que desencadenarse los ataques. No a todos les interesaba llegar al esprint. El cántabro Ángel Madrazo (Movistar), un chico combativo, trató de despegarse, pero ahí estaba Albasini para quitarle la idea de la cabeza. Luego lo intentó Moncoutié, con la misma suerte que el español. Al suizo del HTC le interesaba una solución por la ley del más rápido.
"Sabía que si nadie se destacaba ganaría yo", dijo en meta Albasini, un corredor treintañero que no sabía aún lo que era ganar en una grande por etapas. En su palmarés figuran 2 etapas en la Vuelta a Suiza y una en la Vuelta al País Vasco, además del triunfo final en las rondas de Gran Bretaña y Austria.
Por eso salió a todas, con el correspondiente desgaste. Y por eso conoció la gloria en Ponferrada, la ciudad del Mundial 2014. Por ambición, control y punta de velocidad. La tercera celebración de la temporada.
La Vuelta quedó a la expectativa de las montañas asturianas. La Farrapona y el Angliru toman la palabra. Ambos colosos comprobarán la solidez de Wiggins como líder, examinarán a Nibali como primer aspirante y ofrecerán el escenario para la remontada con la que sueña Purito Rodríguez. Se abren las oposiciones al podio.