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Djokovic es imparable

El balear ha perdido (6-2, 6-4, 6-7 y 6-1) en la final del Abierto de Estados Unidos ante un Djokovic intratable en cuatro horas y diez minutos.

El balear ha perdido (6-2, 6-4, 6-7 y 6-1) en la final del Abierto de Estados Unidos ante un Djokovic intratable en cuatro horas y diez minutos.

Novak Djokovic no es de este mundo. Rafa Nadal lo ha intentado con tesón, pero el serbio está completando la temporada perfecta –sólo ha perdido dos partidos- y el mallorquín ha tenido que hincar la rodilla también en el Abierto de Estados Unidos. Es la sexta final, Wimbledon incluido, que el español pierde este año con el serbio, que le tiene minada la moral.

En más de cuatro horas de partido, Djokovic y Nadal nos han dejado otro partido para la historia. El serbio llegaba como favorito, como número uno del mundo y con el viento a favor y no ha desaprovechado la ocasión de vengarse de la final del año pasado.

En un alarde de tesón y de pundonor, con la final prácticamente perdida, Nadal sacó fuerzas de flaqueza y consiguió ganarle la tercera manga, la mejor que se ha podido ver en años de tenis. Pero Djokovic llamó a los fisioterapeutas, paró el ritmo y los dolores físicos se trasladaron a su rival. Nadal acabó cojo y tuvo que entregar la cuchara. El serbio cierra la temporada de grandes sumando tres Grand Slams y sólo dejando a Nadal su tierra batida de Roland Garros. Otro año será.

Comienzo prometedor

Con el viento como gran protagonista en el primer set, parecía que la tendencia de la última temporada podía cambiar en el arranque del partido. Nadal rompió el servicio en el segundo juego del encuentro a Djokovic. Sin embargo, el serbio reaccionó rápido y aprovechó las bolas cortas con las que jugaba el balear. El brazo se encogía y el balcánico recuperó rápidamente el servicio perdido.

Pudo aún robar Nadal otra vez el servicio al serbio, pero éste salvó tres bolas de break en el cuarto juego e igualó el encuentro. Seguía Nadal sin sacar bien y sin jugar profundo, lo que aprovechó el número uno del mundo para volver a robarle el servicio y encarrilar un primer set que ya no se le escaparía. Tocaba, otra vez, remar en contra.

Amago de reacción

Los fantasmas seguían creciendo. La segunda manga empezó igual que la primera, con break para Nadal. Con 2-0, otra vez, a favor del mallorquín llegó el juego clave. En el tercero, Nadal cedió su saque tras más de 15 minutos de juego y después de levantar cinco bolas de break. Un mazazo para el de Manacor, que, de nuevo, no podía consolidar la rotura.

Sufría mucho Nadal para conservar su saque, mientras Djokovic no tenía tantos apuros hasta que en el octavo juego, el balear conseguía su segunda rotura del set. Parecía que podía cambiar la tendencia del partido con ese break, pero Nadal no podía consolidar la rotura y volvió a perder su saque para ceder definitivamente la segunda manga y dejar la final vista para sentencia.

El tesón de Nadal

El mejor tenis que se puede ver, y que quizá se haya visto en Nueva York, tuvo lugar en la tercera manga. Cuando Nadal parecía doblegado ante un intratable Djokovic, sacó fuerzas de flaqueza para levantar una manga que el serbio sirvió para ganar. Y eso que esta vez sí fue Nole el primero en golpear. Con un Nadal cabizbajo, el balcánico rompió el saque del balear en el tercer juego y encarrilaba su segunda victoria en el Abierto de Estados Unidos. Pese a tenerlo todo en contra, Nadal no acababa por bajar los brazos y se agarraba a la pista con un nuevo break en el cuarto juego de la tercera manga.

Pero otra vez, cuando llegaba el momento de consolidar esa rotura, el serbio sacaba su tenis de otro planeta para no dejar tomar la iniciativa al balear. Aún así y con todo en contra, Nadal no abandonaba la pista y sacó fuerzas de flaqueza para volver a levantarse y dominar el set (4-3). Parecía que había un cambio de dinámica y Nadal aún tuvo oportunidad de hacer el 5-3, pero Djokovic salvó una bola de rotura con el mejor punto de todo el partido –31 golpes-.

Con 5-5 en el marcador, el nivel seguía elevándose y Djokovic volvía a romper el servicio del balear en el undécimo juego. El serbio sacaba para ganar el campeonato ante el mejor Nadal del torneo, que no se rendía pese a las adversidades. Salió de la silla como una moto, robó el servicio de Djokovic y se hizo con su primer set de la final. El público de la Arthur Ashe se frotaba los ojos por el espectáculo sin igual que estaban viendo y aún quedaba más.

El cuerpo no da para más

Con el vendaval Nadal en su auge, Djokovic pidió las asistencias médicas antes de comenzar el cuarto set, rompiendo así el ritmo del manacorense. Se quejaba el número uno de problemas en la espalda, pero en la pista no se notaba nada y se puso con 3-0 en el marcador.

Los percances físicos cruzaron la red y ahora el afectado era Nadal, que se dolía de la pierna en la que sufrió los calambres durante la rueda de prensa, pero él no pidió atención médica. Con Nadal cojo acabó una gran final del Abierto de EEUU que se adjudicó Novak Djokovic.

Eso sí, como gran caballero que es, Nadal sólo felicitó a su rival en la ceremonia de trofeos y agradeció al público su apoyo, que, dice le ha hecho más fuerte. Ese año no será, pero seguro que pronto vemos al español, sobre todo si juega como en la tercera manga, ganar a Djokovic, hoy por hoy, intratable.

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