En Welington, la segunda ciudad de Nueva Zelanda, se ha visto uno de los partidos más intensos de lo que llevamos de Mundial. El rugby ofrecido por Sudáfrica, poderío del físico de delantera, y Australia, una defensa que nada tiene que envidiar a la ofrecida por País de Gales en el primer partido de los cuartos de final, ha sido sensacional.
La apuesta Springbok
Sudáfrica presentó un juego muy ofensivo centrado en su poderosa y veterana delantera. Sin embargo un robo del balón en un ruck, gran acierto del hombre del partido David Pocok, propició un ensayo del segunda línea australiano James Horwill (0-5). A los pocos minutos el joven ala oceánico James O' Connor metió un golpe de castigo y puso en el marcador una superioridad que no se veía en el terreno de juego (0-8).
Los Springboks seguían haciendo su juego mientras Australia, los Wallabies, seguían perdidos. Su apertura y estrella, Quade Cooper, no encontraba el camino de romper la línea sudafricana y algunas malas decisiones casi le cuestan un ensayo. El poderío y la posesión africana no veían su premio. Mantenían la pelota y ganaban metros y más metros, pero no conseguían el ansiado ensayo. Al borde del descanso el apertura sudafricano Morné Steyn, un especialista en el golpeo a palos, acortó distancias en el marcador (3-8). La maquinaria Springbok empezaba a dar sus frutos justo cuando llegó el descanso.
"Australia siempre gana"
En el rugby hay muchos dichos y frases memorables. Uno de ellos es: "El rugby es un deporte en el que el contrario juega y Australia siempre gana". Comenzaba la segunda mitad y seguramente esas palabras le pasaron por la cabeza a algún seguidor sudafricano. Los Springboks dominaban el partido pero seguían por debajo en el luminoso.
A los quince minutos Morné Steyn acortó distancias en el marcador con un golpe de castigo (6-8). Esto supuso un golpe anímico para los sudafricanos que, poco tiempo después, el mismo Steyn metió un drop que puso por primera vez al combinado verde y dorado por delante.
Sudáfrica estaba donde quería. Con la posesión y evitando las pocas embestidas de los Wallabies, cada vez que el inmenso David Pocok pescaba un balón en un ruck, parecía que iban a conseguir la hazaña. Pero "Australia siempre gana". Un golpe de castigo en campo rival sirvió para que James O' Connor acabara con las ilusiones de los sudafricanos y consiguiera que Australia llegase a la semifinal de un Mundial por quinta vez (9-11).
Los campeones del Mundo no podrán revalidar el título conseguido en Francia hace cuatro años y es Australia la única selección que puede hacerse con un tercera Copa Webb Ellis.