La historia no es nueva. Jugador extranjero se nacionaliza en un país y compite en una modalidad con poca tradición convirtiéndose en el mejor deportista de la nación.
El caso, repetido hasta la saciedad en el deporte español, se acaba de hacer realidad en Argentina, donde viven un auténtico boom con el ping-pong. La culpa la tiene Liu Song, apodado el argenchino. Su proeza ha sido ganar el primer oro para Argentina en tenis de mesa en los Juegos Panamericanos.
Liu Song, que participará en los Juegos Olímpicos de Londres, llegó a Argentina hace 16 años porque sus padres montaron un negocio de lavandería. Ahora, a la edad de 39, ha conseguido en Guadalajara el mayor hito para el ping-pong argentino.
En España también existe un caso similar al de Liu Song. En este caso, en vez de argenchino es Juanito. He Zhi Wen está afincado en Granada desde 1990, donde ha conseguido varios títulos de Liga. Debido a la complejidad de su nombre, sus compañeros le empezaron a llamar Juanito y, de esta forma, ha llegado a representar a España en Campeonatos de Europa, del Mundo y hasta en los Juegos Olímpicos de Atenas.