Que la relación entre el técnico del Atlético de Madrid Gregorio Manzano y el jugador sevillano José Antonio Reyes no anda del todo bien no es ningún secreto. De hecho, desde el 27 de octubre el jugador rojiblanco no juega un partido oficial. El último fue en San Mamés ante el Athletic de Bilbao y ni siquiera ese partido lo acabó jugando entero. Ese día, fue cambiado al inicio de la segunda parte y sus insultos hacia el banquillo le costaron quedarse fuera de la convocatoria en el duelo posterior ante el Zaragoza. A partir de ahí, la relación entre ambos ha sido un constante tira y afloja. Un problema entre técnico y jugador que todavía nadie sabe cómo y de que manera acabará.
Este pasado martes, a las diez y media de la mañana, estaba prevista la primera sesión de entrenamiento del Atlético de Madrid. Reyes fue uno de los grandes ausentes, aunque su no aparición en las instalaciones del Cerro del Espino estaba más que justificada por los médicos del club. El doctor José María Villalón, jefe de los servicios médicos del club, atendió al utrerano y le mandó a casa. Los vómitos y la fiebre que padecía hacían imposible que pudiera entrenar.
Lo curioso del caso es que, en la segunda sesión de entrenamiento del día, el jugador si que estaba presente y, además, completó todos los ejercicios con total normalidad. Ahora, la gran pregunta que se hace la parroquia rojiblanca es si éstas enfermedades que sufre Reyes – esta es la segunda que padece en apenas dos semanas – es un juego para desestabilizar a Manzano o si, simplemente, el frío de este invierno, recién comenzado, le está pasando factura. La pelota ahora está sobre el tejado de Manzano. ¿Convocará a Reyes para el partido del domingo ante el Levante?