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Los Ultras devolvieron el favor de Mou exonerándole de la derrota

El Santiago Bernabéu apoyó a su equipo, y una parte a su entrenador, pese a que Mourinho dio toques de atención por su frialdad.

El Santiago Bernabéu apoyó a su equipo, y una parte a su entrenador, pese a que Mourinho dio toques de atención por su frialdad.

La noche en Madrid era fría, todo un presagio de cómo se iba a quedar el Bernabéu a medianoche. Llovía, la temperatura era cercana a los cero grados, pero el público acudía a Chamartín con ilusión. Pensaban que esta vez sí podían ver ganar a su equipo contra el Barcelona, cuatro años después.

Sin embargo, a la euforia desatada por el tempranero gol de Benzema llegó la tensión y la preocupación. El equipo no jugaba bien y, pese a ello, el público no dejó de animar a su equipo, ni siquiera con el partido sentenciado.

"Quiero agradecer a los pocos que estaban detrás de la portería porque si no fuera por ellos pensaría que el campo estaba vacío", fueron las palabras de Mourinho al finalizar el partido ante Osasuna al mediodía. Eladio Paramés, su portavoz, pedía que el Bernabéu fuera una caldera. Y el estadio apoyó.

Es cierto que los más ruidosos son los Ultras que se sitúan tras la portería sur del campo. Sin embargo, el público, aunque esta vez no fue ayudado por su equipo, sí agradeció el esfuerzo de la mayoría de futbolistas y les animó.

La sensación que quedó en el Bernabéu es que su equipo fue muy inferior. Y lo peor de todo es que no es la primera vez que lo ven. En las cuatro últimas veces que el Barcelona visitó Chamartín, sin contar la Supercopa de España, la superioridad ha sido manifiesta. Y el público del Bernabéu es una afición que sabe de fútbol. Eso lo ve.

Aún así, y con algunos silbidos, leves, a Cristiano Ronaldo, la afición estuvo con su equipo. Llamativo fue, eso sí, que con el partido resuelto a favor del Barcelona y el entrenador blanco agarrotado, incapaz de reaccionar, los Ultras Sur cantaran el minuto 90 a José Mourinho.

El técnico les ha apoyado en momentos más dulces de su equipo y, ahora, la parte más ruidosa de su estadio quiso estar con su técnico en el momento más difícil. Nunca había visto corear el nombre de un entrenador cuando tu equipo está perdiendo. Está claro que Mourinho tiene una forma especial de conectar con su afición que, al fin y al cabo y en el Real Madrid, es la que acaba pagando su sueldo.

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