Sergio Lozano, ala cierre del Barcelona y actual máximo goleador de la Liga Nacional de Fútbol Sala con 22 dianas, lideró el triunfo ante Rusia y con dos tantos determinantes añadió al palmarés de España su sexto Europeo (1-2). Lozano salvó a España, apareciendo en dos momentos decisivos. Y Luis Amado, providencial, como siempre, en una final muy competida.
Rusia vivió de sus dos jugadores clave: Gustavo, el portero, y el ala cierre, Caetano Vagner Pula. Ambos nacidos en Brasil y ahora nacionalizados por Rusia. Gustavo lo paró casi todo. Pula hizo el 1-0, que llevó el miedo en el cuerpo a España durante gran parte del partido.
La final fue intensa. España, que había ganado hasta la fecha cinco Europeos, no lo tuvo fácil en ningún momento. José Venancio, seleccionador español, confió en su espina dorsal -Luis Amado, Jordi Torras y Kike-, tres jugadores fantásticos de gran recorrido y trayectoria. Siempre valientes en las grandes citas. Una mezcla interesante, de tipos expertos con gente de nueva ola como Rafa Usín, Miguelín, Aicardo o Sergio Lozano, que se asomaron al torneo con sobriedad. Defensivamente España firmó un primer tiempo correcto. Mereció más premio antes del descanso.
Un disparo de Miguelín, con su pierna izquierda, lo sacó de forma soberbia Gustavo, el guardameta de la selección rusa, que tiró de elasticidad en una acción que debería haber adelantado a España. Enfrente, Rusia, con respeto y con precaución, buscaba su momento, su instante de gloria. Maevski se vació pero lo cierto es que Luis Amado apenas si intervino en el primer tramo.
José Venancio, en su tiempo muerto, mandó mensajes claros: más agresividad y pidió asegurar más el balón. Tras el descanso, España tomó el mando de nuevo. Concentración y actitud, innegociables en la selección española, que intentó despegar a balón parado.
A 16 minutos del final, Kike buscó con inteligencia a Jordi Torras, el cierre del FC Barcelona, a quien se le fue el balón arriba del portal de Gustavo. Fue la ocasión más clara de España, que se vio con más problemas en la recta final del partido. El empate dio alas a Rusia. Abramov avisó con dos ocasiones claras, que solventó Luis Amado. España perdía fuelle y además se encontraba con un portero inmenso, Gustavo, sublime todo el partido en una demarcación decisiva.
Detuvo balones increíbles a Miguelín y a Alemao. Rusia se fue creyendo que podía ser campeón. Y Pula, con un disparo duro y seco en el minuto 34, ahogó las esperanzas de España, al que le faltó definición. España fue a por todas. Se encontró además con la expulsión de Cirilo, pero no tenía fortuna. Torras disfrutó de una tercera oportunidad clara. Y Borja, otra. A España le faltó gol y todo apuntaba a que lo iba a pagar caro, según indica EFE.
Sin embargo, en el último suspiro apareció Sergio Lozano. El ala cierre madrileño del Barcelona rompió la mala racha. Mandó el balón a la red en medio de una alegría inmensa de todo el banquillo español y de los ruidosos compatriotas que animaban en la grada. Providencial Sergio Lozano. España llegaba a la prórroga. Allí de nuevo, surgió el poderío de Sergio Lozano y un regalo final de Luis Amado en pleno éxtasis, justo antes de acabar el partido.