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Heroica victoria del Zenit en un partido bajo un clima siberiano

Los portugueses se fajaron muy bien en la primera parte, pero perdieron fuelle según avanzaron los minutos en la segunda parte.

El Zenit San Petersburgo ha derrotado al Benfica (3-2) en un partido de los que hacen afición disputado bajo unas condiciones extremas por las gélidas temperaturas y el penoso estado del terreno de juego, impropio de una Liga de Campeones. Los portugueses se fajaron muy bien en la primera parte, pero perdieron fuelle según avanzaron los minutos en la segunda parte, lo que fue aprovechado por el equipo ruso para remontar y llevarse la victoria.

Como era de esperar, el campo se encontraba en muy mal estado debido al intenso frío que sacudió la antigua ciudad imperial rusa durante las últimas semanas y que estuvieron a punto de causar el aplazamiento del partido. De hecho, el encuentro transcurrió con una temperatura que llegó a alcanzar los 13 grados bajo cero, lo que no impidió que los jugadores se dejaran la vida y el estadio Petrovsky mostrara un lleno absoluto.

Pese a la dificultad para dar dos pases seguidos con precisión, los portugueses aguantaron muy bien el tipo, mientras el Zenit echó mucho de menos a su mejor jugador, el internacional luso Danny, lesionado de gravedad. Los primeros minutos no dejaron ninguna oportunidad de peligro y, de hecho, la primera ocasión de la que dispusieron ambos equipos acabó en gol. Fue el uruguayo Pereira el que aprovechó un rechace del portero local a disparo de falta directa el que introdujo el balón en la portería rusa (m.20).

El tanto encajado despertó al Zenit, invicto en su casa en competiciones europeas desde que cayera en septiembre de 2008 ante el Real Madrid. Así, siete minutos después el internacional Shirókov aprovechó un buen centro del eslovaco Hubocan para marcar el gol del empate en un certero remate. Entonces, se lesionó el español Rodrigo y le sustituyó el argentino Pablo Aimar, que se hizo con la manija del encuentro y permitió al Benfica recuperar la iniciativa.

La segunda parte fue un toma y daca en el que los jugadores bastante tenían con mantener el equilibrio. El técnico local, el italiano Luciano Pereira, decidió reforzar el centro del campo con el veterano Semak, pero el cambio no contribuyó a recuperar el control del esférico en el medio del campo. Pereira lo intentó en solitario, tras lo que el argentino Gaitán lo emuló, se llevó en velocidad a dos defensas y apenas sin ángulo disparó alto (m.56).

A los 20 minutos Spalletti decidió hacer un nuevo cambio y al campo saltó el interior Bystrov, que nada más salir tuvo una buena ocasión al recibir el balón en el área grande escorado a la derecha y su duro disparo salió ligeramente por encima del larguero. Bruno César también tuvo en sus botas el gol al rematar en semifallo un centro que fue rechazado con muchas dificultades por Zhevnov cuando se colaba pegado a la cepa del poste izquierdo de la portería rusa.

Cuando parecía que al Zenit se le habían acabado los argumentos, los rusos fabricaron un gol de antología en un terreno de juego más parecido a un patatal. Un balón largo sin apenas peligro fue salvado cuando se perdía por la línea de fondo por Kerzhakov con un inesperado taconazo, seguidamente Fayzulin centró a la primera al corazón del área, donde llegaba como un poseso Semak. El veterano de mil batallas remató en una posición imposible también con la espuela y el balón se coló mansamente en las mallas portuguesas haciendo inútil la estirada de Moraes.

A partir de ahí, el Zenit pudo marcar aún más goles, pero le faltó puntería y le sobró cansancio debido al esfuerzo realizado en el patatal del Petrovsky. Cuando el partido expiraba, el paraguayo Cardozo aprovechó un fallo garrafal del guardameta local para marcar el improbable gol del empate (m.87), según indica EFE. No obstante, el Zenit no estaba dispuesto a rendirse y, tras una garrafal falta de concentración de la defensa visitante, de nuevo Shirókov salvó a su equipo al marcar el gol de la victoria ante lo locura de la afición que soportó estoicamente el frío siberiano.

El Zenit no sólo ganó el partido, sino que eliminó a uno de los principales jugadores de su rival, ya que el argentino Aimar no podrá disputar la vuelta debido a la acumulación de amonestaciones. 

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