Menú
EL REAL MADRID, A SEMIS (75-66)

Felipe Reyes decide en un Palau muy hostil

El pívot blanco brilló sobremanera y permitió la victoria de los suyos ante un gran Fuenlabrada que se marchó ovacionado.

El pívot blanco brilló sobremanera y permitió la victoria de los suyos ante un gran Fuenlabrada que se marchó ovacionado.

Si ayer decíamos que el Barcelona contaba con la gran ventaja de jugar en casa, al Real Madrid le sucede exactamente lo contrario. Todos los aficionados del Palau Sant Jordi –excepto, por supuesto, los madristas desplazados- apretaron en su contra. Y eso, en una cancha así, tiene su peso. Con lo que no contaba el público era con la presencia de Felipe Reyes.

El cordobés llevó a cabo un partido perfecto bajo los dos aros. Ya no sólo por sus estratosféricos números (17 puntos, 12 rebotes y 28 de valoración en 22 minutos), sino porque tiró del conjunto blanco cuando peor estaba la situación. Él fue el líder de un Real Madrid que supo sufrir, que tiró de entrega y sacrificio cuando las cosas no salían, y que en cuanto consiguió que se le abriera el aro, ya no hubo quien pudiera detenerle.

Pablo Laso puso en liza un quinteto formado por Llull, Singler, Suárez, Mirotic y Begic. El objetivo era claro: tratar de superar al rival a través de la fortaleza física. Y parecía que así iba a ser cuando los primeros puntos blancos llegaron con un triple de Singler y un mate espectacular de Llull. Como un grito de ‘aquí estoy yo’.

Pero pronto se deshinchó el Madrid, que se encontró con una falta de acierto de cara al aro atípica. El Fuenlabrada aprovechó la situación para darle la vuelta al marcador e incluso abrir una pequeña brecha, lo que obligó a Pablo Laso a pedir el primer tiempo muerto. Reaccionaron los blancos, que terminaron el primer periodo sólo un punto por debajo .

El Factor Felipe decide

Los problemas de anotación continuaron durante el segundo cuarto, pero fue entonces cuando apareció el Factor Felipe. Ya que no había solución al ataque, se apretó en la defensa hasta la extenuación. Y fue el cordobés quien lideró a los suyos en esa tarea. Además, Reyes se tomó también la licencia de asumir la responsabilidad en ataque, aportando nada menos que ocho puntos. 14 de valoración logró el pívot en este segundo cuarto, contribuyendo sobremanera a que los blancos se marcharan al descanso cuatro puntos por delante (35-31).

En el arranque del segundo tiempo, ya sin Reyes sobre la cancha, el Real Madrid fue poco a poco ampliando la ventaja. A la gran defensa que continuaba ejerciendo, Mirotic y Carroll aportaron, ahora sí, la efectividad de cara al aro. Los blancos llegaron a disponer de ocho puntos de ventaja mediado el tercer cuarto. Pero entonces el Mad-Croc se aferró a los triples y, gracias al acierto de Mainoldi y Laviña, volvieron a igualar la contienda.

Con una renta de dos puntos encaró el Real Madrid el último cuarto. Una situación inesperada a tenor de lo que dictaban las estadísticas previas, pero más que justa según lo visto sobre el parqué. Fue entonces cuando el Palau más apretó contra los blancos. Y eso que los aficionados de Fuenlabrada no eran, ni por asomo, los más numerosos.

Pero cuando peor pintaban las cosas para los blancos, volvió a aparecer Felipe Reyes para sumar dos canastas y cuatro rebotes cruciales de forma prácticamente consecutiva. Eso, unido a un triple de Sergio Rodríguez, le permitió al Real Madrid encarar los últimos tres minutos con ocho puntos de ventaja.

Otro triple de Carroll terminó de finiquitar un encuentro que, a pesar de la distancia final de 9 puntos, estuvo tremendamente reñido. Mérito todo del Fuenlabrada, que llevó a cabo un partido sublime. De no haberse encontrado con un Reyes colosal, tanto en defensa como en ataque, otro gallo hubiera cantado. Pero Felipe fue demasiado Felipe.

En Deportes

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura