El gol anulado a Muntari durante el Juve–Milan del pasado sábado fue un escándalo. Primero, porque entró sobradamente; segundo, porque hubiera supuesto el 0-2, con lo que ello conlleva. Por eso, desde entonces las críticas y las quejas se han sucedido.
Por una vez, aficionados, periodistas y jugadores se han puesto de acuerdo. La única solución posible es la implantación de la tecnología en el fútbol, bien mediante un chip en la línea de portería, o bien con monitores en el campo que permitan al cuarto árbitro comprobar si el balón ha traspasado la línea de meta en casos de duda.
No obstante, y a pesar de que no es la primera vez que se plantea la idea, los dirigentes arbitrales no pueden abordar el tema. Principalmente, porque es algo que no les compete a ellos. Debe ser la International Board quien apruebe o rechace la posibilidad. Pero la trascendencia que puede haber adquirido esta propuesta después de un partido de tanto calibre puede contribuir enormemente a que se avance en un tema tan polémico.