Este viernes se cumplen 50 años del histórico partido en el que Wilton Norman Wilt Chamberlain anotó cien puntos, firmando la mejor actuación individual en la historia de la NBA. Fue durante la victoria de los Warriors de Filadelfia frente a los Knicks de Nueva York (169-147), en un duelo que apenas pudieron contemplar en directo 4.000 aficionados.
Wilt Chamberlain se mostró imparable aquella noche de viernes del 2 de marzo de 1962 en el encuentro disputado en la localidad de Hershey (Pensilvania), donde los Warriors jugaban algunos encuentros como locales para atraer más público. Ante la ausencia de Phil Jordan, su previsible pareja de baile, por culpa de una gripe, ni Darrall Imhoff ni Cleveland Buckner pudieron detener la avalancha que se les vino encima en un choque del que no existen imágenes televisivas.
El pívot de Filadelfia, nacido el 21 de agosto de 1936, sumaba 23 puntos en el primer cuarto, 41 al descanso y 69 antes de llegarse al último parcial. Fue entonces cuando los aficionados empezaron a gritar el famoso "Give it to Wilt" ("Pasádsela a Wilt"). Los jugadores de los Warriors hicieron caso al público y surtieron continuamente de balones a su estrella, mientras los Knicks trataban de evitar la centena. Pero el esfuerzo fue en vano.
Nadie pudo parar a Chamberlain, quien a falta de 46 segundos recibió un pase de Joe Ruklick y anotó una canasta fácil que suponía la cifra mágica de 100 puntos. Los aficionados invadieron la cancha, el partido se detuvo y el héroe de la noche se vio obligado a refugiarse en el vestuario, donde el relaciones públicas del equipo, Harvey Pollack, le pasó un papel con el número 100 para que los fotógrafos captaran la imagen que pasó a la historia.
Con aquella proeza superó la plusmarca de 78 puntos que él mismo había establecido tres meses antes y que sigue figurando como la tercera mejor en la NBA. De hecho, Chamberlain ostenta cuatro de los cinco mejores registros históricos (100, 78, 73 y 73) y sólo la estrella de Los Angeles Lakers, Kobe Bryant, que sumó 81 tantos el 22 de enero de 2006 en la victoria ante los Toronto Raptors de José Manuel Calderón (122-104), ha podido colarse en esa lista.
Aquella mágica noche del 2 de marzo de 1962 fue sin duda el punto álgido de una campaña espectacular de Chamberlain, que promedió 50,4 puntos y 25,7 rebotes por encuentro en la temporada regular de 1961/62. Unas medias inalcanzables hoy en día. Fue el día redondo en una carrera plagada de récords en tres equipos: Filadelfia/San Francisco Warriors, Filadelfia 76ers y Los Angeles Lakers.
Con estos guarismos, no es de extrañar que Wilt Chamberlain, fallecido en su casa de Bel-Air (Los Ángeles) a causa de un ataque cardíaco el 12 de octubre de 1999, cuando tenía 63 años, sea considerado por muchos como el mejor baloncestista de todos los tiempos. El pívot, que también tiene el récord de rebotes en un partido (55) y es el único jugador de la historia que ha conseguido un doble-triple-doble (superar la veintena de puntos, rebotes y asistencias en un encuentro), era tan dominante que la propia NBA cambió varias reglas con el objetivo de intentar frustrarle, entre ellas la prohibición de palmear el balón en el círculo superior imaginario del aro (llamado goaltending). También se ensancharon las líneas de la cancha para hacer más lento su progreso e intentar que se cansara más.
Cuando al legendario Oscar Robertson le preguntaron si Chamberlain era el mejor jugador de la historia, contestó sin titubear: "Los libros no mienten".
Pero los detractores de Chamberlain no piensan igual. El argumento que muchos especialistas utilizan en su contra es que sólo ganó dos anillos de campeón (1967 y 1972) frente a los once que tiene en su poder Bill Russell, los seis de Kareem Abdul-Jabbar o los cinco de Michael Jordan, por citar a algunas leyendas del baloncesto que han ganado más títulos que el pívot de Filadelfia.
El propio Wilt escribe en su primera autobiografía, titulada Wilt: igual que otro negro millonario de siete pies que vive en la puerta de al lado, que "no soy naturalmente competitivo y agresivo. No tengo un instinto asesino". Esto quedó patente en una ocasión: el séptimo y último partido de las Finales de la NBA de 1970, que pasó a la historia porque Willis Reed, pívot de los Knicks, jugó cojeando tras lesionarse. Chamberlain debería haberlo aprovechado para haber campado a sus anchas. Pero sólo anotó 21 puntos y, lo que es peor, su equipo de los Lakers se quedó sin el anillo de campeón.
Sobre los históricos 100 puntos de Chamberlain se refería este jueves otro jugador de los Lakers como es el español Pau Gasol. "Nada es imposible, pero veo extremadamente improbable que alguien se acerque a esa cifra", admitía el ala-pívot de Sant Boi, cuyo futuro en el equipo angelino es muy incierto a pocos días de que se cierre el mercado de traspasos en la NBA.
"Ya me parecieron exagerados los 81 de Kobe (Bryant) hace unos años. Es una cifra de otro tiempo. Tendrían que alargar los partidos o cambiar las normas para que alguien se acercase a los 100 puntos. Ni siquiera (Kevin) Durant, ni Kobe ni LeBron (James), que pueden hacer algún partido de 50 al año, pero poco más".