Luis Enrique ha explotado tras la derrota en el derbi de Roma. El técnico español afrontaba con la máxima ilusión un encuentro de gran rivalidad, sobre todo, después de la amarga derrota de la ida.
Entonces, el equipo de Luis Enrique perdió 2-1 en el último minuto después de jugar toda la segunda parte con diez. En el partido del domingo, en el minuto 7, el portero, Martin Stekelenburg vio la tarjeta roja, acción que marcó el devenir del choque.
El técnico, que al igual que Guardiola dice nunca hablar de los árbitros, explotó tras el partido. "No sé qué he hecho para merecer esta mierda", decía a los micrófonos de Sky. "Me gustaría jugar un derbi alguna vez con once", aseguraba el técnico español.
El entrenador ha perdido la paciencia y repetía: "No comento nunca los árbitros, no sé que he hecho para merecer esto, digo que me gustaría jugar un derbi con once".
El preparador asturiano se ha mostrado muy contrariado porque había preparado el partido a conciencia: "No juzgo al árbitro porque estaba lejos, pero estoy decepcionado. Había preparado el partido toda la semana convencido de poderlo ganar. Después, jugar 80 minutos con diez condiciona el partido. A mis jugadores no les pudo reprochar nada".
"La regla del penalti más expulsión es demasiado castigo, pero no es para mí el momento de hablar de esto", continuaba hablando de la expulsión del portero.
Después de la derrota en el derbi, el técnico queda muy tocado. La Roma atraviesa una racha de resultados bastante mala –venía de perder 4-1 contra el Atalanta–, que le ha alejado del objetivo de la tercera plaza que da derecho a Champions. "¿Mi futuro? No quiero ser un entrenador que no le guste al club ni a los aficionados, pero creo que me merezco llegar al final de temporada por todo lo que he vivido hasta ahora", razonaba Luis Enrique.