Aunque desde el Camp Nou se empeñen en negarlo, definitivamente ha estallado la guerra entre el Barcelona y los árbitros después de la decisión de éstos de denunciar a Gerard Piqué ante el Comité de Competición por su rajada el pasado sábado contra Velasco Carballo, minutos después de la victoria ante el Sporting de Gijón (3-1).
Piqué prendió la mecha al asegurar que la decisión del árbitro de expulsarlo, al comienzo de la segunda mitad tras un enganchón con Miguel de las Cuevas, fue "premeditada". Los colegiados no se mordieron la lengua y Victoriano Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), anunció un día después que denunciarán a Piqué ante el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) por esas declaraciones, que calificó de "desafortunadas y graves".
Ahora es el Barcelona el que pasa al ataque. En una rueda de prensa este lunes por la noche, el portavoz de la Junta del club, Toni Freixa, tildaba de "mediático y oportunista" a Sánchez Arminio y anunciaba que el Barça no enviará a ningún representante a la reunión de este martes con los representantes de la RFEF –el organismo del que depende directamente el CTA– y del Athletic de Bilbao en señal de protesta por lo que consideran un "agravio comparativo".
Así, en la entidad catalana recuerdan lo que ocurrió con Iker Casillas y José Mourinho tras la vuelta de cuartos de final de la Copa del Rey entre Barça y Real Madrid en el Camp Nou (1-1), cuando tanto el guardameta como el entrenador portugués se dirigieron al árbitro Fernando Teixeira Vitienes para recriminarle su arbitraje. "Ahora vete de fiesta con ellos", le lanzó Iker al colegiado cántabro, a quien Mourinho esperó en el aparcamiento del Camp Nou. "Artista, jodes a los que trabajan. No respetas a los profesionales serios. Ahora te vas a fumar un puro y te reirás, sinvergüenza", fue lo que le habría dicho Mou a Teixeira, según desveló el portavoz del entrenador, Eladio Paramés, en su cuenta de Twitter.
El Barcelona entiende que, mientras las palabras de Mourinho y Casillas quedaron impunes, Piqué sí puede ser sancionado por sus críticas a Velasco Carballo. Toni Freixa no comprende que el defensa internacional esté en el "centro de una polémica inmerecida" tras la decisión "mediática" del Comité de Árbitros.
A Freixa se le preguntaba qué tipo de queja concreta expondrá el Barça, y el portavoz se mostraba bastante ambiguo. "No es una crítica ni ninguna queja a los árbitros, simplemente es un diagnóstico", apuntaba Toni Freixa, quien también confesaba que el presidente del Barça, Sandro Rosell, le había dicho horas antes que "las cosas pintan a peor" para el club.
"Seguimos siendo fieles a no discutir la labor de los árbitros", añadía el portavoz de la Junta, "siempre hemos entendido que realizan una labor difícil y constatamos que esta temporada no estamos teniendo suerte. No perdemos la esperanza y esperamos que, en lo que queda de temporada, no tengamos argumentos para sentirnos como nos sentimos en estos momentos".
Resucitando el discurso de Casaus
Lo cierto es que la palabra usada por Piqué –"premeditada"– para criticar la labor de Velasco Carballo no parece elegida al azar. Hace más de veinte años, en la temporada 1989/90, el entonces vicepresidente barcelonista Nicolau Casaus ya calificó de "premeditada" la actuación del exárbitro Brito Arceo durante un Barcelona-Sevilla (3-4).
En aquel partido, el colegiado canario señaló un penalti sobre el sevillista Anton Polster que se había producido claramente fuera del área. La pena máxima supuso una remontada épica del Sevilla, que pasó de ir perdiendo por 3-1 en el minuto 70 a acabar ganando por 3-4. "Le dijimos (al árbitro) de todo", reconoció por entonces Julio Salinas.
Según recuerda el portal Eurosport en un artículo titulado "El discurso premeditado del Barcelona", los hechos ocurridos en ese Barça-Sevilla dejaron a Brito Arceo sin pitar un solo partido al conjunto azulgrana, entonces dirigido por Johan Cruyff, durante dos temporadas. No fue hasta la temporada 1992/93, tres años después, cuando el colegiado tinerfeño volvió a pitar al Barça. Fue en un encuentro en Las Gaunas, que los azulgranas ganaron al Logroñés (1-2).