El balón se paseaba por la portería del San Cristobal. Tras un par de rechazos, terminó saliendo por línea de fondo. Unos reclamaban saque de puerta; los otros, jugadores del Figueras, córner. Sin embargo, incomprensiblemente, el árbitro decretó que había sido gol.
¿Cómo? El balón ni rozó la línea, nadie reclamó el tanto. Pero el juez de línea vio algo, y decidió comunicárselo al colegiado. Los jugadores del San Cristóbal no podían creérselo. Protestaron airadamente, y con razón. Por fortuna, terminaron llevándose el encuentro por 1-2.