Con todos los fichajes que realizan, y las cantidades de dinero que se gastan, el Real Madrid y el Barcelona pueden escribir una extensa lista de grandes fracasos deportivos o económicos. Sin embargo, el de Keirrison pasa por ser el más grave de los últimos años. Y parece que, finalmente, va a tener fin.
El futbolista brasileño llegó al Barcelona en 2009 por una cantidad cercana a los 20 millones de euros. Pese a las grandes expectativas, ni siquiera llegó a vestir la camiseta azulgrana. Nada más llegar, se marchó cedido al Benfica portugués, donde apenas disputó siete encuentros y no marcó ningún gol.
En el mercado invernal se marchó a la Fiorentina, pero sus dos goles en doce partidos tampoco convencieron, y al verano siguiente regresó al Barcelona. Ahí nadie quería saber nada de él, y decidieron enviarlo a su país natal de nuevo en forma de cesión. Se terminaba de este modo la excusa de que "debía foguearse en el fútbol europeo".
Pero tampoco entonces le fue bien la cosa a Keirrison. Porque en el Santos apenas dispuso de oportunidades, disputando tan solo trece encuentros en toda la temporada. Tocaba regresar al Barcelona que, a pesar de que andaba a la busca de un delantero, ni se planteó la posibilidad de que el brasileño se quedara en su plantilla.
Así que en julio se marchó al Cruzeiro, donde sumó un nuevo fracaso. Ahora, el Barcelona ha llegado a un acuerdo con el Coritiba, el conjunto en el que se inició, para que recale cedido en el club brasileño hasta el final de la temporada 2013-14. Precisamente, justo la fecha en la que termina el contrato que firmó con los azulgranas.