La primera parte no pasará a la historia del fútbol. El Numancia regresó a la alineación más ofensiva, con el triángulo formado por Nagore, Julio Álvarez y Bedoya en la medular, pero al equipo soriano le costó en exceso conseguir que el balón circulase con fluidez y sentido, ante un Recreativo de Huelva que demostró que llegaba a Los Pajaritos dispuesto a mantener su meta a cero.
El conjunto onubense, con una defensa pegajosa y con pocas dudas, supo frenar las embestidas locales, que llegaron con cuentagotas y sin demasiado peligro. Y a la hora de salir, el contragolpe fue casi su única arma, con balones largos a las bandas, en especial a la del espigado Javi Álamo.
Fue un despeje en largo de Zabal, con el pie, el primer aviso numantino (min. 8), pero Juanjo, cuando había ganado la espalda a su par, no supo amortiguar. Bedoya probó suerte desde el pico del área grande (min. 20), pero el disparo le salió demasiado centrado. Una penetración hasta la línea de fondo de Natalio, con centro al área pequeña, sería rematado de cabeza (min. 25) por Lago Junior, pero demasiado blando. Y un lanzamiento de falta directa (min. 40) de Julio Álvarez, al palo del guardameta, fue perfectamente blocado por Manu Fernández.
En la reanudación, tampoco cambió el panorama. El Recreativo se sintió fuerte con las líneas replegadas y tapando las líneas de pase del equipo local, lo que generó demasiadas imprecisiones y poca continuidad en los numantinos. El Recreativo, además, salió con intención al contragolpe, y de hecho, en uno de ellos, al pase al segundo palo llegó a tiempo Unai al cruce, cuando Fidel estaba en posición clara de remate (min. 50).
Machín decidió dar una vuelta a la alineación y agotó pronto los cambios. Pero con media hora por delante, el Recreativo permaneció impasible. Tuvo que ser una jugada personal la que desequilibrase la contienda. Nagore arrancó y abrió al hueco a la entrada de Bedoya por la izquierda y el centro de éste fue rematado por Díaz de Cerio en boca de gol (min. 80).
Pero el Recreativo tuvo el empate con el tiempo cumplido. Juan Villar se revolvió en el área, entre los dos centrales, y su disparo fue atajado por Zabal, que salvó los muebles a su equipo, informa Efe.