Continúa la plaga de lesiones de gravedad en la NBA. Jeremy Lin, la gran sensación de la temporada, ha sido el último en caer, y todo hace indicar que no va a poder jugar en lo que resta de campaña.
El base de los New York Knicks, que venía promediando 14,6 puntos y 6,2 asistencias por partido, deberá pasar por el quirófano para operarse de la rodilla, lo que le obligará a estar, por lo menos, seis semanas de baja.
"Si esto me hubiera pasado al principio de la temporada, no sé dónde estaría mi carrera. Estaría luchando por un puesto en la liga de verano. Ahora duele especialmente porque es la época en la que todos los jugadores ponen su corazón al servicio del equipo y no estar es muy duro", declaró el jugador de origen taiwanés.