La muerte de Piermario Morosini en el campo de fútbol del Pescara ha abierto multitud de preguntas que la investigación llevada a cargo por la Fiscalía debe resolver.
De momento, el policía municipal que dejó su coche aparcado en el estadio e impidió que la ambulancia entrara rápidamente al terreno de juego del Pescara ha dejado de ir a trabajar a la espera del resultado de la investigación.
Otra de las incógnitas a resolver en la tragedia que el sábado conmovió a todo el mundo del fútbol es por qué no se usó un desfibrilador para intentar salvar la vida de Morosini. "No estoy autorizado a hablar", respondía Manlio Porcellini, el médico del Livorno cuando se le preguntaba por este hecho, según informa La Repubblica. "Hay una investigación en curso y en estos momentos no tenemos nada que añadir", señalaba un dirigente del club toscano.
Lo cierto es que en Italia tratan de depurar responsabilidades tras la muerte del futbolista. Cuando estos sucesos han tenido lugar en el fútbol español, algunos diarios transalpinos lanzaban al aire la sospecha de que el dopaje estuviera detrás de las tragedias.
En cambio, Di Natale, amigo íntimo del futbolista y que se hará cargo de su hermana disminuida, apuntaba a un exceso de partidos de fútbol, lo que llevaría el cuerpo de los futbolistas a la máxima exigencia.
Livorno le despide
El cuerpo de Piermario Morosini ha recibido este martes el último adiós en el estadio del Livorno. El feudo del club se ha llenado de aficionados que han querido sumarse a la despedida del querido futbolista.
Los restos de Morosini han llegado al estadio en un coche fúnebre mientras sonaba música de Ligabue y Jovanotti, sus dos cantantes italianos favoritos. "Estamos aquí porque Morosini se lo merece", decían los aficionados toscanos en el estadio.
Mientras la autopsia no ha desvelado todavía la causa de la muerte, el próximo jueves tendrá lugar el sepelio del futbolista en la ciudad norteña de Bérgamo.