Una vez acabado el encuentro en el Nuevo Los Cármenes, el árbitro del encuentro, Clos Gómez, fue insultado y amenazado en el túnel de vestuarios, según refleja el acta.
Moisés y Siquiera, expulsados tras el pitido final, fueron expulsados por llamar al árbitro "sinvergüenza" y "ladrón". Además, Dani Benítez aprovechó el descontrol que había sobre el campo para lanzar un botella a Clos Gómez que impactó en el pómulo del colegiado.
Siqueira, ya en el túnel de vestuarios, llamó "hijo de puta" al árbitro. El delegado del Granada, Pedro David Navarro, se dirigió al cuarteto arbitral para decirles que "sois unos sinvergüenzas".
Moisés, tras la ducha, volvió a repetir al arbitro lo "sinvergüenza" que era. Por último, José Ignacio García Senín, directivo del equipo andaluz, intentó entrar en el vestuario arbitral, llamándoles "sinvergüenzas" y dando varias patadas en la puerta, hasta romper la cerradura.