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Los petrodólares amenazan la hegemonía de Madrid y Barça

El City acaba de conquistar la Liga inglesa. El PSG se quedó a las puertas en Francia. Ahora, a base de talonario, amenazan el reinado europeo.

El City acaba de conquistar la Liga inglesa. El PSG se quedó a las puertas en Francia. Ahora, a base de talonario, amenazan el reinado europeo.

El Real Madrid y el Barcelona son, a día de hoy, los dos mejores equipos de fútbol del planeta. Nadie se atreve a poner en duda tal afirmación. Ni siquiera, después de que ambos conjuntos se quedaran fuera de la final de la Copa de Europa cuando todos hacían fábulas con la final española. Hubiera sido el escenario ideal para proclamar al dominador del fútbol mundial. Pero no. Como dijo el mismo Fernando Torres sobre el césped del Camp Nou, después de que su Chelsea eliminara al Barça, no siempre ganan los mejores.

Dos estilos distintos, dos fórmulas diferentes. Da igual el camino. Desde hace unos años, blancos y azulgranas han dejado claro que hoy en día, en lo que a potencial se refiere, nadie los alcanza. Cristiano Ronaldo y Messi ayudan mucho a ello. Mourinho y, hasta la fecha, Guardiola, también. El trabajo de cantera y el dinero necesario para apuntalar los vacíos, sin duda. Y la mejor generación de futbolistas españoles de la historia, aún más.

Pero, ¿hasta cuándo va a durar esta superioridad que despliegan ambos conjuntos en España y, salvo accidentes, en Europa? Es difícil dar una respuesta, pero una amenaza se divisa en el horizonte en forma de petrodólares. Porque el Manchester City y, en menor escala –de momento– el París Saint-Germain y el Málaga prometen darle un vuelco al sentido del fútbol europeo a base de talonario. De mucho talonario.

El City, el líder

El paradigma del desembarco del dinero del petróleo en el fútbol europeo lo encontramos en el Manchester City. En 2008, un grupo inversor de los Emiratos Árabes Unidos se hacía con el control del club inglés. La promesa era clara: llevar al equipo de ser el segundón de la ciudad y uno más de la Premier League –el último título databa de 1968– a ser el mejor de Inglaterra y del mundo.

Cuando Manssur bin Zayed Al Nahyan, perteneciente a la familia real de Abu Dhabi, mandó ese mensaje, todos se lo tomaron a broma. Sin embargo, cuando a los pocos días ficharon a Robinho por 42 millones de euros, siendo el traspaso más caro de la historia del fútbol inglés, comenzaron a temblar. Esto iba en serio.

Gareth Barry, Kolo Touré, Adebayor o Carlos Tévez fueron los siguientes. Pero aquella temporada el City quedó quinto, fuera de la Champions. Había que seguir creciendo; había que seguir pagando. Y en el verano de 2010 llegaron David Silva, Kolo Touré, Balotelli, Dzeko... y cayó el primer título, la FA Cup, logrando además por fin la clasificación para la Copa de Europa.

Este 2011-2012 ha sido el de la consagración de los citizens. Se terminó aquello que Manssur escuchaba continuamente de que un equipo hecho a base de talonario no se podría convertir en un equipo campeón. Que hacía falta algo más. Quizá ese algo más era el Kun Agüero, que llegó a Manchester por 45 millones. Con él, el City se proclamó campeón de la Premier League. 43 años después.

Pero esto es sólo el primer paso. Una vez conquistada la gloria, ahora toca convertirse en el mejor. Mandar por encima de los demás. Después de haber gastado más de 620 millones de euros en los últimos cuatro años, ¿qué no van a ofrecer este verano para alcanzar el trono del fútbol europeo? Llorente, Higuaín, Van Persie o Hazard son sólo algunos de los nombres que han comenzado a sonar. Los que quiera el jeque Manssur serán los que se ficharán. Así de claro, así de sencillo.

El Paris Saint Germain, paso a paso

Aunque se acabe de quedar a las puertas del título liguero francés, ya estará en la próxima Champions League, el gran objetivo. Su historia es aún más reciente, pero promete casi tanto como la del City. El jeque heredero de Qatar Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, entre otras facetas miembro del COI y dueño de Qatar Sports Investments, desembarcó en Paris el verano pasado y, de un plumazo, terminó con la deuda del club, de unos 20 millones de euros, prometiendo que iba a llevar al equipo a lo más alto del continente. A él se le unió Nasser Al-Khelaïfi, presidente de Al-Jazeera y, desde 2011, presidente también del PSG.

Poco tardaron en acometer su primer gran fichaje, Javier Pastore, quien se convirtió en el traspaso más alto del fútbol francés con sus 43 millones de euros. Sirigu, Menez, Sissoko, Thiago Motta o Kevin Gameiro, por el que suspiraba media Europa, se unieron a la lista. Después de 17 años desde que conquistara el último título, con una travesía con más pena que gloria, el PSG ha vuelto a luchar por ganar la liga hasta el último partido. Un desembolso de 114 millones tiene la culpa.

Sea como sea, el equipo estará el año que viene en Champions. Y eso es crucial. En el pasado mercado invernal Beckham, Tévez o Pato desestimaron los cantos de sirena parisinos porque consideraban al PSG un equipo de segunda fila. Ahora, con dinero fresco y en la mayor competición continental, serán muchos los que querrán subir al carro.

Por lo pronto, Kaká tiene muchos visos de convertirse en su primer fichaje. Además, ahí coincidiría con Ancelotti, uno de los entrenadores mejor pagados. Seguro que entre él y Leonardo, el director deportivo, algún otro gran futbolista de Italia contratarán. Ojo con Jovetic. "Nuestra estrategia es hacer del PSG uno de los clubes más grandes del mundo" dijo hace unos días Al-Thani. Dinero tendrán para ello.

No podemos olvidarnos, por supuesto, del Anzhí ruso. Su nuevo dueño es el magnate ruso Suleiman Kerimov, quien ya está gastando importantes fortunas para contratar a jugadores de renombre. Aunque, de momento, parecen más fichajes exóticos que otra cosa. Roberto Carlos, Zhirkov o Samuel Eto'o –el camerunés es el mejor pagado del planeta con 20 millones anuales– son sólo algunos ejemplos de ello. De momento, parece complicado que el equipo ruso pueda algún día optar al trono europeo, aunque con tanto dinero de por medio nunca se sabe.

También en España

Como no podía ser de otro modo, también a nuestro país ha llegado la moda de los petrodólares. Ha sido el Málaga el primer beneficiado –o damnificado, según se mire– y los resultados inmediatos han sido más que aceptables. Cuarto en la Liga, lo que le da acceso a la Champions. Más, por ejemplo, de lo que logró el City en su primer año.

Abdullah Al-Thani, miembro de la familia real qatarí y accionista de numerosas empresas con las que está presente en más de treinta países, desembarcó en el club malacitano en octubre de 2010, pero no fue hasta el verano de 2011 cuando constató que su frase "queremos hacer un equipo capaz de pelear con los grandes de la Liga" no era ninguna broma. Cazorla, Joaquín, Isco, Monreal, Van Nistelrooy o Toulalan fueron algunos de sus primeros fichajes, por un montante total de 58 millones de euros. Más de lo que gastaron este verano, por poner algunos ejemplos, Real Madrid, Manchester United, Milan o Bayern de Munich. Más de lo que había gastado el club malacitano a lo largo de toda su historia.

Se trata de un proyecto, además, bien edificado. Nada de gastar por gastar. Con Hierro como representante del club; Antonio Fernández, descubridor entre otros de Baptista y Alves, en la dirección deportiva; Manuel Casanova encargado de la cantera; proyectos para una nueva ciudad deportiva... y, por primera vez, el equipo en Champions.

Por eso, el gasto de esta temporada se espera que gire en torno a los cien millones de euros. Cifras que casi ningún otro conjunto podrá igualar. De ese modo, nombres que parecían exclusivos para los grandes clubes europeos, como Ganso, Dzeko, Adebayor o Daniel Osvaldo, ya están sonando por Málaga. Y la afición, ilusionadísima, superando sus records históricos de socios. El proyecto va firme y decidido. El Málaga quiere luchar con los más grandes de España y de Europa. A este paso, lo conseguirá.

Porque todos, en definitiva, aspiran algún día a emular al Chelsea. El conjunto londinense fue probablemente el primer ejemplo de esta nueva moda que ahora asola al fútbol europeo. Desde que llegara Roman Abramovich en 2003, el ruso no ha parado de gastar y gastar para llevar al club a lo más alto de Inglaterra y de Europa. Desde entonces, tres ligas, seis copas, dos Supercopas, y, por fin, nueve años y 865 millones después, la tan ansiada Copa de Europa. Hasta ahí es donde quieren llegar Manchester City, París Saint-Germain o Málaga. Hasta ahí es donde pueden llegar los petrodólares.

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