El Real Madrid Castilla se ha impuesto 5-1 al Cádiz en el partido de vuelta de la primera eliminatoria por el ascenso y ha certificado, tras el 0-3 en la ida, su presencia en Segunda División cinco temporadas después de perder la categoría.
Los hombres de Alberto Toril han completado un curso prácticamente perfecto que ha culminado con un logro que deseaban en todo el cuerpo técnico y, sobre todo, en la presidencia. De hecho, Florentino Pérez, antes de terminar el definitivo encuentro, se mostró visiblemente emocionado en el palco del estadio Alfredo Di Stéfano de la ciudad deportiva de Valdebebas. Al inicio del choque, lloró en el minuto de silencio por el fallecimiento de su mujer.
Pero consiguió uno de los grandes objetivos que ha perseguido el máximo mandatario blanco en su segunda etapa en la presidencia. Los dos goles de Pedro Mosquera y los tantos de Joselu, Jesé y Morata, culminaron un objetivo de la entidad merengue. El Cádiz no pudo hacer nada ante un vendaval que ya asoló el estadio Ramón de Carranza hace una semana y el filial del Real Madrid vuelve a ser de Segunda después de un tiempo en el "infierno".
Fue el final de una temporada casi perfecta para el Real Madrid Castilla. Acabó en la primera posición de su grupo en Segunda División B. Lo hizo con brillantez y con mucha superioridad. Después, arrasó al Cádiz en la eliminatoria por el ascenso. El entrenador José Mourinho vivió el ascenso en directo. Desde el palco vio como una generación liderada por jugadores como Jesé, Morata, Joselu o Carvajal pide paso.
El Mirandés hace historia
Por su parte, el Mirandés ha ha logrado el ascenso por primera vez en su historia al derrotar 1-2 (1-3 en el global de la eliminatoria) al Atlético Baleares en un partido muy intenso, con las gradas llenas y un calor asfixiante en Palma.
El equipo burgalés tuvo que remontar un gol del colombiano Brian Angulo, el mejor futbolista del Atlético, y lo hizo en los últimos diez minutos, con goles de Pablo Infante, de penalti (min. 83) y un autogol de David Sánchez (min. 89), cuando el Baleares jugaba con diez por la expulsión del argentino Mantovani.
Los 300 seguidores del Mirandés celebraron por todo lo alto el histórico ascenso, conquistado tras una temporada excepcional, ya que el equipo que dirige Carlos Pouso alcanzó por primera vez las semifinales del Copa del Rey tras eliminar a tres conjuntos de Primera: Villarreal, Racing y Espanyol. En las semifinales fue eliminado por el Athletic de Bilbao.
El Mirandés tuvo que sobreponerse a varios factores adversos en Palma para inscribir su nombre en la Segunda, ya que además del fuerte calor, el partido se disputó en el campo de la Vía de Cintura a las 10:30 de la mañana, y sobre una superficie de césped artificial.
Carlos Pouso admitió que con el 1-0 el Baleares había puesto a su equipo "contra las cuerdas".
"Hemos podido perder, empatar, pero al final tuvimos ese componente de suerte necesaria para sobreponernos a todo, el calor, el césped, el marcador en contra, y celebrar este ascenso que es de los jugadores", ha señalado el técnico en unas declaraciones que ha recogido EFE.