Extraordinaria jornada en el Abierto de Estados Unidos. En el moving day se vieron mejores resultados, mejores golpes y una jornada, en definitiva, digna de los grandísimos campeones que se han dado cita en esta edición. También hemos podido contemplar el segundo hoyo en uno, que en este campo del Club Olímpico de San Francisco (California) se ha dado en las cinco ediciones en las que se ha celebrado el Abierto estadounidense, en el hoyo 13, donde Peterson ha emulado con su golpe lo que consiguió Kenny Perry en 1998.
Los estadounidenses que dominaban las dos primeras rondas dieron paso a una alternancia, donde el tricolor pasó a predominar. A falta de la última jornada se mantiene Jim Furyk al frente del leaderboard empatado con Graeme McDowell con 1 bajo par, pero a continuación aparecen Jacobson, Colsaerts, Tiger Woods, Lee Westwood o el propio Ernie Els.
Enorme actuación la de ayer de Lee Westwood. Partía de +5, pero desde el inicio se vio que era un gran día, se colocó en +2, pasó sus apuros, pero se agarró con fuerza al campo y a su juego, y al final concluyó con dos golpes sobre el par, lo que le mete de lleno en la lucha por el título.
¡Qué decir del sudafricano Ernie Els! Ha conseguido reafirmarse y situarse en esa cifra mágica de +2, lo que le da una gran inyección de moral. Tiger Woods no tuvo un gran día. Su putt estuvo algo errático y su juego largo también. Pero a pesar de concluir +4 en el acumulado, es el mayor candidato al título.
Mención especial merece Beau Hossler. Este amateur de 17 años, que tras superar primero la fase local y posteriormente las secciones del Abierto, se clasificó para competir en este Abierto de EEUU y está rayando a un nivel notable. Protagonista de la primera ronda, en la segunda se llegó a permitir liderar la prueba durante tres hoyos, y en esta tercera ronda ha terminado con un acumulado total de +3, metido en los puestos cabeceros, y con intención de dar mucha guerra.
Y Sergio García, nuestro único superviviente, no ha tenido suerte, sufriendo un auténtico clavario con el putt. Se fabricó innumerables situaciones de birdie, pero no fue capaz de transformar más que una, y no con el putt. Perfectamente pudo concluir con tres o incluso cuatro golpes menos, lo que le habría colocado de lleno en la pelea, pero al final fue +5.
Pero si bien es cierto que ayer jugó bastante mejor, su lenguaje sigue igual, se le ve por las calle, en los tees de salida, y en los propios greenes, con constantes gestos de desaprobación, de queja, cargados de negatividad. Si a eso le añadimos su posición ultradefensiva con los medios españoles, que no sólo no le critican sino que además le están dando, en general, un apoyo casi incondicional, no es entendible.
"Bueno, si consigo una buena tarjeta estaré ahí. Si no, no pasa nada, nos volvemos la semana próxima a Europa y ya está", declaró el golfista español en un tono pesimista, conformista y ramplón.