Pau Gasol no tenía que ser el abanderado español en estos Juegos. Ese honor correspondía al tenista Rafa Nadal, pero tras la lesión del mallorquín, el pívot de los Lakers fue el elegido.
Desde entonces, el cúmulo de infortunios se ha acumulado para el de Sant Boi. Nada más aterrizar en Londres aparecieron los primeros problemas. En el aeropuerto, Gasol no pudo recibir la acreditación de la organización porque no correspondían algunas letras entre la documentación disponible en Londres y la que aparecía en los pasaportes. Finalmente, el bueno de Pau tuvo que entrar como turista, y no como deportista.
A la llegada a la Villa Olímpica, el transporte del material tuvo numerosos problemas. "El incidente del aeropuerto, las distancias que hay en Londres, pasar la seguridad, no sabes dónde está nada son las cosas del primer día..." declaraba el propio Gasol en rueda de prensa posterior al entrenamiento.
Incluso, poco antes de que arrancara la ceremonia de apertura, el jugador desconocía si podría disponer del traje para desfilar, hasta tal punto que se planteó realizarlo con un polo, unos vaqueros y unas deportivas. "No me han dado ninguna instrucción para el desfile. De momento, estamos tratando de que la camisa y la chaqueta me vayan bien, y los zapatos que aún no han llegado. Eso está en el aire".
Desde luego, ser el abanderado español supondrá una experiencia única y que nunca olvidará Pau Gasol. Pero la odisea que ha sufrido para ello, seguro que tampoco.