L D (EFE) Esta es la segunda querella de Sogecable contra los directivos de la productora Mediapro que es admitida a trámite en las últimas semanas, pues el pasado 8 de noviembre comenzó la investigación de otra, por estafa.
Jaume Roures y José María Benet, administrador y apoderado general de Mediapro, respectivamente, y accionistas de La Sexta, mantienen con Sogecable y su televisión de pago, Digital Plus, un enfrentamiento público sobre los derechos audiovisuales del fútbol. El enfrentamiento ha llegado a los tribunales, primero con demandas mutuas y, después, con querellas (y condenas a rectificar informaciones sobre Mediapro a medios propiedad de Sogecable, como la televisión Cuatro).
En el caso de la querellas por delito contra la propiedad intelectual el Juzgado de Instrucción número 3 de Colmenar Viejo (Madrid) decide que debe investigar los hechos denunciados para determinar, empezando con la toma de declaración a los acusados, si se les debe juzgar. En el escrito de querella se dice, según una nota de prensa de Sogecable, que Mediapro "pirateó" partidos de fútbol de Liga emitidos por Digital Plus y los ofreció "ilegalmente a plataformas de televisión extranjeras, que los emitieron en directo y en diferido".
Estas emisiones fueron facilitadas al juzgado en un DVD que se cita en el auto de admisión a trámite. Según la querella, Roures y Benet "vendieron partidos de fútbol de la Liga Española a operadores internacionales a sabiendas de que carecían de derecho alguno sobre tales partidos".
Por lo que respecta a la otra querella citada, presentada por un delito de estafa, estaba firmada por Audiovisual Sport (AVS, la operadora sobre derechos de televisión de la que es accionista mayoritaria Sogecable) y se dirigía además de contra los citados, contra Daniel Margalef i Sosa, Joan Majó y Cruzate, José Luis Astiazarán y Javier Tebas Medrano. Ellos, directivos de AVS (Margalef) y Televisió de Catalunya (Majó) y de la Liga de Fútbol Profesional (los otros dos), se concertaron para simular un acuerdo en perjuicio de los intereses de la misma AVS, según la acusación, calificada de "miseria moral" por Mediapro.