Las generaciones con más edad del Atlético de Madrid recuerdan perfectamente lo que ocurrió en el año 1974. El conjunto rojiblanco llegó a la gran final de la Copa de Europa por primera vez en su historia y en el último partido le esperaba el todopoderoso Bayern de Múnich.
Los alemanes tenían en su plantilla a casi la totalidad del equipo nacional occidental que conquistó el Mundial ese mismo año: Sepp Maier, Schwarzenbeck, Hoeness, Müller… Eran los favoritos, pero el Atlético de Madrid les pasó por encima.
Miguel Reina, Luis Aragonés, Heredia, Adelardo, Capón, Salcedo y compañía realizaron un partido espectacular en Bruselas, ciudad donde se jugó la gran final. El tiempo reglamentario acabó con empate a cero y en la prórroga, el Atlético tocó el cielo para luego bajar a los infiernos.
En el minuto 114, Luis Aragonés transformó una falta que celebró incluso antes de que el balón entrase en la portería. A seis minutos para el final, el Atlético era campeón de Europa. Con la afición rojiblanca aún celebrando el tanto y con el partido a punto de acabar llegó el empate bávaro a 30 segundos para el final con un zapatazo de Schwarzenbeck que cogió por sorpresa a Miguel Reina.
Ahí acabó el sueño atlético. Por aquel entonces aún no se habían instaurado los penaltis como alternativa para decidir el campeón en caso de empate y la única solución fue jugar otro partido dos días después. El Bayern, reforzado anímicamente por el empate conseguido en el último suspiro y mejor preparados físicamente, arrolló al Atlético. 4-0 fue el resultado dos días después de la primera final jugada en el estadio de Heysel.
42 años después, Atlético de Madrid y Bayern de Múnich volverán a enfrentarse en la Champions. En esta ocasión, los más jóvenes recuerdan al equipo de Simeone lo que vivieron sus padres y abuelos en 1974. En los últimos días el lema "por nuestros mayores" ha sido uno de los más repetidos por la afición junto al "no dejes de creer".