La selección española ha pasado en unas horas de disfrutar de la agradable primavera mediterránea a toparse con las gélidas temperaturas del Báltico en Kaunas, que recibió este domingo por la noche al conjunto de Vicente del Bosque con mucho frío, informa Efe. El hecho de que las previsiones indiquen temperaturas mínimas bajo cero es un factor añadido a tener en cuenta para el partido de este martes (20:45 horas / Telecinco), en el que España busca ampliar su récord de victorias en partidos clasificatorios y sumar cinco en la fase previa de la Eurocopa, con el que daría otro paso hacia Polonia y Ucrania 2012, donde quiere defender el título obtenido en 2008 en Viena.
El equipo de Vicente del Bosque, no obstante, ha sabido manejarse con éxito a temperaturas bajas. Sin ir más lejos, en el Mundial, los partidos de Johannesburgo y Pretoria se disputaron con el termómetro muy cercano o bajo cero. Sudáfrica 2010 fue un torneo, al menos en el aspecto climatológico, muy frío. Por lo tanto, España debe saber adaptarse de nuevo cuanto antes al cambio para encarar el encuentro frente a un rival inferior sobre el papel pero que busca hacerse un hueco en el corazón del país a golpe de dar la cara ante los grandes, como hizo en la República Checa.
El césped es otro hecho a tener en cuenta. Se anuncia que el terreno de juego del estadio Darius y Girenas estará en pésimas condiciones a tenor de lo visto en el amistoso del viernes contra Polonia. El delegado de la UEFA, los árbitros y ambos equipos tienen que examinar este lunes el terreno de juego y, aunque se ha especulado con un posible aplazamiento, España ha llegado dispuesta a jugar y a solventar su quinto partido.
En todo caso, no es una buena noticia para un equipo como el español que hace de la combinación y del manejo de balón su modo de vida. Además, si está en muy malas condiciones, puede ser peligroso para la integridad de los futbolistas en esta fase tan importante de la temporada. Las previsiones indican para esta noche una nevada, lo que perjudicaría aún más al terreno de juego. Por el momento, a la llegada del avión, tan sólo hacía frío. Nada de agua, y la nieve tan sólo se veía en las zonas a las que había sido retirada.
El estadio recibió el nombre de los aviadores Steponas Darius y Stasys Girenas, quienes perecieron al estrellarse su avión cuando pretendían completar la ruta sin escalas entre Nueva York y Lituania. Se ha convertido prácticamente en el feudo de la selección nacional y es la sede del FBK Kaunas.
No es el fútbol el deporte rey en Lituania y en Kaunas. La segunda ciudad del país es la cuna de toda una leyenda mundial como Arvydas Sabonis. El baloncesto prima sobre todo. Sin embargo, el orgullo patrio, el hecho de que España sea la actual campeona europea y mundial y la progresión de Lituania, que se mantiene en liza por luchar al menos por la segunda plaza del grupo, refuerzan el interés de los anfitriones por exponerse en un escaparate de esta magnitud.
El conjunto de Vicente del Bosque llegó a Kaunas tras un vuelo de tres horas y media. Los internacionales se ejercitaron a puerta cerrada por la mañana en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas tras ganar el viernes a la República Checa en Granada (2-1) con el doblete del ya histórico David Villa -máximo artillero de la historia de la selección con 46 dianas- y haber gozado de descanso el sábado.
La expedición, encabezada por el presidente de la RFEF, Angel María Villar, cuenta ya con dos centenarios como el capitán Iker Casillas y el barcelonista Xavi Hernández, que jugó su partido cien en Los Cármenes. Dado lo tardío de la hora de llegada apenas hubo público esperando a los campeones del mundo, que arribaron a Kaunas después de un vuelo en el que aprovecharon para leer, ver alguna película, jugar a las cartas y a juegos electrónicos y firmar más de una camiseta.
En el viaje coincidieron Patxi Izco, presidente del Osasuna, y su ex entrenador José Antonio Camacho, que acude como comentarista de Telecinco. Pese a que la destitución del murciano aún está reciente, ambos se dieron un abrazo y conversaron amigablemente