"El nigeriano Isaac Success es, por méritos propios, una de las grandes revelaciones de este inicio de temporada en la Liga BBVA".
"El nigeriano Isaac Success es, por méritos propios, uno de los grandes candidatos a ser el nuevo juguete roto del deporte español".
Cualquiera de esos dos titulares podrían ser perfectamente publicables hoy día, y ambos serían igual de ciertos. El futbolista del Granada Club de Fútbol es, con diferencia, el mejor jugador del equipo de José Ramón Sandoval en lo que va de competición. Aunque sus números no son prodigiosos (dos goles y una asistencia en lo que va de liga) la permanente sensación de peligrosidad que genera en cada una de sus acciones ofensivas le hace estar llamando mucho la atención. Con tan sólo 19 años, el punta africano puede actuar como delantero centro, aunque donde realmente más le está usando el entrenador es pegado a una banda, posición donde, por su potencia y habilidad ya ha dado más de un quebradero de cabeza en lo que va de liga. Ahí es un auténtico diablo, y Getafe, Sporting, Deportivo, o el mismísimo Real Madrid, ante el que cuajó una primera parte colosal en el Santiago Bernabéu, han sido algunas de sus víctimas. Aunque aún necesita mejorar su definición de cara al arco rival, su evolución en este aspecto respecto a años previos es más que notoria, y desde luego su juego por banda está a la altura de algunos de los mejores de la competición. No cabe duda que el nombre de Success cada día es más reconocido como uno de los mejores jóvenes de la liga española.
Sin embargo, no es un tipo sencillo. El Granada, que algo sabe de juguetes rotos, le trata con todo el mismo del mundo, pero a veces no es suficiente. Su sorprendente no convocatoria para el partido ante el Rayo el pasado fin de semana hizo saltar las alarmas a los pies de la Alhambra. Sandoval y Quique Pina se habían hartado de las conductas extradeportivas del delantero. Un problema serio obligó a entrenador y presidente, "de mutuo acuerdo" en palabras del de Humanes, a no convocar al nigeriano.
Deportivamente, Success es un filón. La próxima gran venta de un Granada acostumbrado a fichar talento joven para vender cuando comienza la eclosión (Siqueira, Murillo, o Brahimi son algunos casos recientes). Los rojiblancos saben que si el jugador continúa elevando su nivel deportivo, en un par de temporadas ingresarán sin problemas entre 15 y 20 millones de euros por él, cuando los grandes de Europa se lo rifen. Algo perfectamente posible, pues su potencial es enorme, motivo por el cual genera esos dolores de cabeza ahora mismo a los andaluces, casi más que a sus rivales.
Tras perderse el duelo ante el Rayo, el propio futbolista lanzó un enigmático tuit, y en su cuenta de instagram incluso lanzó otro mensaje con una foto en la que aparecía llorando, en el que decía lo siguiente: "Nadie conoce mi dolor ni lo que de verdad está pasando. Buena suerte al Granada. Dejad que la gracia de Dios os ilumine hoy chicos". No se disculpaba, algo que haría apenas dos días después mediante una carta que ya le ha permitido volver a los entrenamientos, bajo el compromiso de no repetir errores recientes. Isaac Success tiene una nueva oportunidad.
El Granada le necesita y, dada su precaria clasificación, no puede prescindir de su joven estrella. Pero debe pulir con delicadeza a un diamante en bruto que, en todos los sentidos, es una bomba a punto de estallar, para bien o para mal. Una estrella díscola a la que se quieren modificar algunos hábitos personales, o se quedará en el camino como tantos otros. Pero si en Granada logran su objetivo, apunten ese nombre, porque, como su propio apellido indica, el africano está en la senda del éxito. Si su mala cabeza no lo evita.