Oporto sigue con el debate en plena calle. ¿Por qué ha sentado Sérgio Conceição a iker Casillas?
Muchas son las especulaciones sobre los posibles motivos: tema deportivo –Conceição prefiere la altura de Sá a los reflejos de Iker–, el bajo compromiso de Casillas tanto en entrenamientos –el trabajo de Iker deja que desear– como en las concentraciones –¿abusa del móvil el portero de Móstoles?– o incluso, un tema de filtraciones –¿será Iker el nuevo topinho del vestuario de los Dragones?–.
La última razón de la sorprendente y repentina suplencia del guardameta español –esta temporada había batido su propio récord de imbatibilidad con más de 500 minutos sin encajar un tanto y tan solo había recibido tres goles en ocho partidos de Liga– la ha sacado a la luz Diego Torres, periodista de El País. Al parecer, ahogado por el fair play financiero, el Oporto necesita soltar lastre en el mercado de invierno.
Los dragones buscan respirar económicamente y para ello quieren desprenderse de su ficha más cara: Iker Casillas. Su sueldo –cinco millones de euros brutos– no se corresponde con su rendimiento deportivo y él es el elegido para cuadrar las cuentas.
En junio la UEFA intervino al Oporto por incumplir las normas del fair play financiero, impuso al conjunto luso un límite de 25 millones de déficit para 2018, le obligó a pagar una multa, y le limitó a inscribir 22 futbolistas en la Champions, tres menos que el cupo de los clubes en situación regular.
¿Cómo forzar la salida de Casillas?
Sentar a Casillas en el banquillo a mediados de octubre es la primera medida. Dejarle la puerta abierta sin señalarla. Conceiçao, fiel a su presidente, podría cumplir órdenes.
Sea cual sea la razón –deportiva, de falta de compromiso, de disciplina o económica–, lo que está claro es una cosa: será complicado que Casillas consiga revertir su situación y recuperar la titularidad. En su tercera temporada en el Oporto, pintan bastos para Iker.