El Estadio de la Luz a oscuras. Nadie en el Benfica querían ver cómo su eterno rival celebraba el título de la liga portuguesa sobre el césped de su estadio y, emulando a Joan Laporta, cuando el Inter de Milán de José Mourinho eliminó el año pasado al Barcelona en semifinales de la Liga de Campeones, repentinamente saltar los aspersores del campo, donde también se produjo un misterioso apagón.
El partido fue duro, lleno de tensión y expulsiones. Antes, la policía tuvo que intervenir para que no se produjeran altercados entre las dos aficiones. Sin embargo, el Oporto consiguió la victoria (1-2) en el feudo de su eterno rival y pudo cantar el alirón en territorio comanche.
Lógicamente, esto no sentó nada bien a los aficionados del Benfica y a sus directivos. La casualidad llevó a que el Estadio de la Luz sufriera un apagón y los aspersores se accionaran. Los futbolistas del Oporto tuvieron que celebrar el título en penumbra y mojados, pero ello no evitó que se aplacara su alegría.
El precedente de los aspersores
Lo acontecido este domingo en la capital portuguesa nos hace echar la vista atrás irremediablemente. El Inter de Milán apeó contra pronóstico al Barcelona en las semifinales de la Champions y evitó que el equipo azulgrana disputara la final de la máxima competición europea en el Santiago Bernabéu, santuario del eterno rival.
Misteriosamente, con el pitido final, los aspersores se activaron dificultando la celebración del conjunto italiano en el césped del pase a la ansiada final. Además, Víctor Valdés recriminó al técnico por aquel entonces del Inter, José Mourinho, su gesto a la grada de los tifosi para celebrar la clasificación.