España arrasó a Angola en el Mundial de Francia. La selección africana, tremendamente inferior, fue protagonista de una de las situaciones más absurdas que se recuerdan en una cancha de balonmano. Angola jugó durante unos minutos con un jugador como portero. Un jugador que vestía una indumentaria cómica: pantalón corto con un peto y la parte superior del chándal sin estar visible su dorsal.
El jugador en cuestión, protagonista de este bochornoso momento, fue Nascimiento. Luciendo barriguita, su imagen recordaba a la de Carl Winslow, suegro de Steve Urkel en aquella mítica serie de los 9O denominada Cosas de Casa.
¿Cómo se llegó a esta vergonzosa situación?
Las nuevas normas tienen mucha culpa de ello.Corría el minuto 8 de la primera mitad cuando en un contraataque de la selección española, el guardameta titular angoleño, Figueira, era descalificado con roja directa tras salir de su área y chocar con Ángel Fernández. Y es que la reglamentación más reciente al respecto lo deja bien claro para los casos donde el portero abandona su área con la intención de interceptar un pase destinado a un adversario. Si el cancerbero en cuestión choca colisiona con el atacante, será descalificado me manera fulminante.
De este modo, el equipo africano perdía al que hasta entonces era su mejor hombre en la pista, con varias paradas de mérito. Su relevo en la portería fue el cancerbero Giovany Ranel Muachissengue, quien previamente tuvo que sentarse en el banquillo a los 43 segundos del encuentro aquejado de una de sus rodillas tras una intervención a un lanzamiento de David Balaguer. Entonces, Angola se encomendaría al único guardameta disponible con patentes problemas físicos para los 52 minutos que restaban del choque.
Como si se tratase de una réplica de la primera mitad, a punto de cumplirse el minuto 8 de la segunda mitad, llegaba la otra acción polémica del encuentro después de una sensacional doble parada de Muachissengue a un siete metros y rechace del mismo jugador. Sin embargo, esta meritoria acción originó que su maltrecha rodilla se resintiera, teniendo que ser atendido y retirado al banquillo por los servicios médicos de su selección.
Entonces, el esperpento se apoderó por instantes del encuentro al no disponer Angola de un tercer portero, parece ser que también lesionado anteriormente en este campeonato. Momentos de incertidumbre donde la solución tomada por el cuerpo técnico angoleño fue sacar a un jugador para situarse en la portería. El elegido fue Nascimiento, que tuvo que aguantar bajo los tres palos durante tres ataques de su equipo sin poder detener ningún lanzamiento adversario.
La normativa implantada antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016 dicta que si un jugador necesita atención médica, en este caso dentro de la pista, debe salir del terreno de juego cuando le sea posible, teniendo que permanecer en el banquillo durante tres ataques de su escuadra, una medida incomprensible. Afortunadamente, dentro de lo que cabe, tras tres minutos retenido en el banco, un renqueante Muachissengue pudo volver a jugar hasta el pitido final sin ninguna incidencia más en un partido donde Angola pagó caro las nuevas normas.