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José Manuel Roás, el padre coraje de las maratones: "Pablo es un ángel, el mejor regalo que nos ha hecho Dios"

Pablo sufre una parálisis cerebral. José Manuel corre maratones junto a él. Más de 128.000 personas han votado para que ganen el Princesa de Asturias.

Pablo sufre una parálisis cerebral. José Manuel corre maratones junto a él. Más de 128.000 personas han votado para que ganen el Princesa de Asturias.
José Manuel Roás, junto a su hijo Pablo tras cruzar la línea de meta. | José Manuel Roás

"¿Por qué no te llevas a Pablo a correr?". Así empezó todo. Con esta simple pregunta, hace ya "unos diez u once años". Su autora es Maite Ramírez, mujer de José Manuel Roás, y por aquel entonces no sabía que su sugerencia acabaría llegando tan lejos. No sería nada extraordinario si no fuera porque Pablo, que hoy tiene 18 años, nació con parálisis cerebral y padece el síndrome de West, una dura enfermedad caracterizada por un importante déficit motor, sensorial y cognitivo. No puede caminar y sufre convulsiones.

Postrado en una silla de ruedas desde entonces, completamente dependiente de sus padres y de sus cuatro hermanos —él es el cuarto de cinco hijos—, Pablo es la alegría y el nexo de unión de la familia Roás Ramírez. "Es un ángel, el mejor regalo que Dios nos ha podido dar", cuenta José Manuel a Libertad Digital y esRadio. Rompe a llorar cuando habla de su hijo.

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José Manuel, corriendo junto a Pablo

Cuando le notificaron la enfermedad, "pensé que la vida se terminaba con su nacimiento". Pero con los años su perspectiva ha ido cambiando positivamente. Salir a correr es una alegría para Pablo, pero también para José Manuel. "Ves su sonrisa al llegar a la meta, lo feliz que está cuando choca la mano con los demás. La gente se ofrece a llevar la silla de Pablo y yo les digo que no, que es mi privilegio. Yo soy sus piernas, pero él es mi corazón. No se puede explicar con palabras lo que me hace disfrutar", cuenta a este medio un emocionado José Manuel Roás, hombre religioso donde los haya, que ejerce de profesor de Geografía e Historia en un instituto de Sevilla.

Seis maratones, una en Nueva York

José Manuel y Pablo Roás no salen a correr por el barrio. Ni participan en carreras de media distancia. Ellos hacen maratones. 42,195 kilómetros, para ser exacto. Puede sonar a imposible pero para ellos no lo es. Ya han corrido —y terminado— seis maratones desde el año 2014: tres en Sevilla, dos en Madrid y una en Nueva York. "Y las que nos quedan por compartir", dice. Emplean más de cinco horas en recorrer la distancia, pero eso es lo de menos.

"Correr maratones es más que especial, un sueño hecho realidad. Tenía dudas de si Pablo aguantaría, de si yo aguantaría. Aguanté como pude, más mal que bien, pero... ¡tener la oportunidad de verlo (a Pablo) durante cinco horas! Un placer ver a un un niño tan limitado como él, sonriendo, chillando, manoteando… ¡un espectáculo!", relata un José Manuel que explica cómo fue su experiencia en la Maratón de Nueva York, disputada a comienzos de noviembre pasado y en la que pudieron participar gracias al patrocinio del Banco Santander y al apoyo del doble campeón mundial de maratón, Abel Antón.

"Yo soy sus piernas, pero él es mi corazón. No se puede explicar con palabras lo que me hace disfrutar"

"No nos dejaban participar con la silla de Pablo y tuvimos que conseguir una homologada. La experiencia en Nueva York ha sido brutal, inolvidable: no sólo el día de la maratón, sino en los días previos y en los posteriores a la carrera. Fue una fiesta ensordecedora, otro regalo. Pablo iba como loco. En kilómetro 12 ó 13, al paso por Brooklyn, él iba extenuado y yo ronco. Aprendió a chocar la mano en inglés. 'Give me five', decía. Yo lo veía y pensaba: 'Dios mío, esto es un milagro'", cuenta un emocionado José Manuel Roás, que confiesa sentir un "orgullo brutal" de su hijo, del que dice estar "enamorado". "Somos unos auténticos privilegiados; dentro de los sufrimientos que tenemos, sí, pero unos privilegiados", apunta.

José Manuel y Pablo se han convertido en un ejemplo para la sociedad, pero este padre coraje sevillano se encarga de recordar a LD y esRadio que "la auténtica maratón es la del día a día" y que Maite, la madre, es la "heroína invisible" que se encarga de cuidar permanentemente al chico.

Premios Princesa de Asturias

"Sé lo que es sentirse solo. Sé lo que es llorar, que se te venga el mundo encima, la impotencia… Después de 18 años, veo a Maite, me veo a mí, lo cobarde que hemos sido… pensé que era una desgracia. ¡Qué equivocado estaba! Nunca llegaré a Pablo a la altura de sus tobillos en sinceridad, en sencillez, en esa capacidad de sonreír y perdonar. Si Dios no nos llega a poner un Pablo, no habría aprendido todas estas cosas", que convierte su relato en más estremecedor aún al desvelar "una anécdota" a este medio, relacionada precisamente con la parálisis cerebral de su hijo.

"Terminé de estudiar magisterio y me planteé estudiar Educación Especial. El caso es que un día desayunando en casa, con la tostada y el Colacao, veía al lado los temas y uno de ellos era el de parálisis cerebral. Pensé entonces: ‘¿Dios mío, tú no me estarás preparando para tener un niño así, verdad?’ Ahora te das cuenta y lo piensas, sobre todo viendo la alegría que nos transmite Pablo. Fui entonces tan cobarde y tan poca cosa…", relata.

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José Manuel y Pablo, ejemplo de superación.

Ahora, Pablo y José Manuel aspiran a lograr el Premio Princesa de Asturias de los Deportes. Increíble pero cierto. Palabras mayores. Todo surgió a raíz de la propuesta de Wenceslao Lalo Sánchez, un profesor de Inglés de Oviedo que, como José Manuel, es corredor popular, y de su amigo Germán López, abogado de profesión e igualmente nacido en la capital asturiana.

Lalo y José Manuel no se conocían de nada hasta que aquél le llamó por teléfono para contarle la iniciativa que había creado: recoger firmas, a través del portal change.org, para que el padre coraje sevillano y el joven Pablo sean candidatos al premio Princesa de Asturias de los Deportes, que se fallará el próximo mes de junio y será entregado por Su Majestad el Rey Felipe VI a finales de octubre en Oviedo.

"Yo no lo veo claro. Eso de los Premios Princesa me suena a algo muy gordo", le dijo de primeras José Manuel a Lalo. A día de hoy, cuando faltan tres meses para conocer el ganador del Premio, la iniciativa de Lalo y Germán lleva ya más de 128.000 firmas, aunque necesita 150.000 para que José Manuel y Pablo sean proclamados de manera oficial.

El abrazo más emotivo

"Esto no se puede parar. Hay que conseguir el Premio Princesa", dice sin tapujo alguno Lalo Sánchez en declaraciones a Libertad Digital y esRadio. "José Manuel encaja perfectamente en el perfil de un ganador de los Premios Princesa. Ya nos hemos reunido con gente de la Fundación Princesa, les agradó la idea y nos felicitaron. Nos dijeron que el candidato estaba a la altura de la propuesta y eso nos gustó mucho", añade este asturiano de 50 años. "El primer objetivo es conseguir que Pablo y José Manuel sean candidatos, está cerca, y por supuesto que ganen el Premio. Pero no nos vamos a detener ahí. Queremos que su ejemplo sirva a muchas personas", apunta.

"La gente se ofrece a llevar la silla de Pablo y yo les digo que no, que es mi privilegio"

Lalo y Germán se pusieron en contacto por primera vez con José Manuel el pasado mes de noviembre, aunque no fue hasta el pasado fin de semana, en Sevilla, cuando se conocieron en persona. Desde entonces, cientos de llamadas y de mensajes vía Whatsapp, redes sociales y correo electrónico. "Faltaba conocernos personalmente y mirarnos a los ojos", cuenta Lalo. "Y ahora, por fin, hemos podido encontrarnos, las familias han comido juntas. Me he encontrado a un hombre humilde, un padre ejemplar, un cristiano de pro. Nos hemos fundido en un abrazo entrañable, es algo que no se me va a olvidar en la vida".

Faltan aún varios pasos en esta nueva maratón que es conseguir el Premio Princesa de Asturias de los Deportes. Pero, como dice José Manuel, la verdadera maratón con Pablo es "la del día a día". Como dice José Manuel Roás a este medio, "que nos den los premios o no, es una batalla que no me corresponde a mí. Nosotros somos gente normal: un padre, un hijo, una familia... nada más que eso. Más allá de los Premios, espero que de esto salga algo bueno, y que eso sea ayudar a alguien, a quienes lo necesitan de verdad".

Un ejemplo este padre coraje y los promotores de la iniciativa, que han conseguido conmover a todo un país. Sin duda una bella historia que puede tener un final todavía más feliz.

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