L D (EFE) La sentencia ha sido dictada por el juzgado de Primera Instancia número 4 de Sant Boi cuya magistrada, Carme Domínguez, condena a la entidad financiera a devolver al alumno los recibos que le cobró del crédito al ver el estudiante frustradas sus expectativas de mejorar su inglés en un curso de dos años de duración y recibir apenas dos meses de clases.
El caso se originó cuando el afectado demandó ante los tribunales, por incumplimiento de contrato, a Opening de Sant Boi y a la entidad con la que la academia tenía relaciones para financiar los cursos de los alumnos, Eurocrédito EFC. Había concertado el 21 de marzo de 2002, pocos meses antes de su cierre, un contrato con Opening para recibir un curso de idiomas de dos años y tres meses de duración. Al mismo tiempo, y en la sede de Opening, se perfiló un contrato con Eurocrédito para la concesión de un préstamo para la financiación del curso.
El alumno, según la sentencia, hizo un primer pago en metálico a Opening de 210 euros mientras que el crédito, con intereses, ascendió a 2.488 euros a pagar en mensualidades. Sin embargo, el afectado apenas pudo recibir dos meses de clase ya que Opening cerró sus puertas, sin resolver la situación de este y otros muchos alumnos que habían concertado préstamos con entidades bancarias o financieras, “incumpliendo claramente los contratos”, según dice la sentencia.
La magistrada remarca, en este punto, que el alumno no tuvo la más mínima oportunidad de intervenir ni de introducir objeciones o pactos en el acuerdo que tenían Opening y la entidad financiera para la financiación de los cursos de los alumnos. Además, ese contrato de financiación al que se obligó a firmar al afectado se hizo en la sede de Opening y al alumno ni siquiera se le dio una copia del mismo.
El caso se originó cuando el afectado demandó ante los tribunales, por incumplimiento de contrato, a Opening de Sant Boi y a la entidad con la que la academia tenía relaciones para financiar los cursos de los alumnos, Eurocrédito EFC. Había concertado el 21 de marzo de 2002, pocos meses antes de su cierre, un contrato con Opening para recibir un curso de idiomas de dos años y tres meses de duración. Al mismo tiempo, y en la sede de Opening, se perfiló un contrato con Eurocrédito para la concesión de un préstamo para la financiación del curso.
El alumno, según la sentencia, hizo un primer pago en metálico a Opening de 210 euros mientras que el crédito, con intereses, ascendió a 2.488 euros a pagar en mensualidades. Sin embargo, el afectado apenas pudo recibir dos meses de clase ya que Opening cerró sus puertas, sin resolver la situación de este y otros muchos alumnos que habían concertado préstamos con entidades bancarias o financieras, “incumpliendo claramente los contratos”, según dice la sentencia.
La magistrada remarca, en este punto, que el alumno no tuvo la más mínima oportunidad de intervenir ni de introducir objeciones o pactos en el acuerdo que tenían Opening y la entidad financiera para la financiación de los cursos de los alumnos. Además, ese contrato de financiación al que se obligó a firmar al afectado se hizo en la sede de Opening y al alumno ni siquiera se le dio una copia del mismo.