LD (Europa Press) Antes del próximo lunes, tanto el colegio sindical como Deloitte tendrán que pronunciarse sobre el balance del pasado ejercicio de la aerolínea de bandera italiana. Esto supondría una nueva complicación en el proceso de privatización de la compañía de bandera italiana, cuyos títulos ya sufrieron una caída tras la salida de la puja del consorcio liderado por el fondo estadounidense Texas Pacific Group (TPG).
Además, la supuesta salida del consorcio encabezado por la compañía rusa Aeroflot --desmentida por el grupo-- también influyó en las acciones de la aerolínea. En este sentido, el presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó que Aeroflot "no contará con financiaciones públicas" en la puja por Alitalia, en la que también participa el consorcio encabezado por la aerolínea italiana AirOne.
Asimismo, las acciones se han visto perjudicadas por las incógnitas sobre el éxito del proceso de privatización de la compañía, teniendo en cuenta que la mejor oferta, la de Aeroflot, no llega a los 0,40 euros por título.
El Gobierno italiano, que puso inicialmente a la venta el 39,9 por ciento de la compañía, está estudiando la venta de la totalidad de su participación, que asciende al 49,9 por ciento de la totalidad. Además, decidió fichar a un tasador externo para que estimara cuánto valen las acciones de la compañía y evitar así que las ofertas vinculantes de los consorcios en el marco del proceso de privatización de la aerolínea sean demasiado bajas.
Por otra parte, las reiteradas huelgas de los asistentes de vuelo también están afectando a la cotización de Alitalia. Este lunes mismo, el sindicato autónomo Fta-Cisal realizó un paro de cuatro horas, entre las 12.00 y las 16.00, aunque sin provocar prácticamente cancelaciones.