LD (Europa Press) La firma emisora de tarjetas de crédito, que se ha visto afectada por la ralentización del consumo y el aumento de la morosidad, se ha convertido en la última entidad no directamente afectada por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en solicitar ayuda pública.
El periódico señala que aún no está claro si la solicitud para acogerse al programa de rescate se produjo antes o después de que la Reserva Federal aprobara el pasado lunes su transformación en banco comercial.
En este sentido, WSJ apunta que American Express probablemente habría podido acogerse al rescate bajo su anterior estructura al contar con una de sus divisiones bajo control de los reguladores federales, aunque las fuentes consultadas por el rotativo indicaron que la cúpula directiva de la compañía consideró que el procedimiento sería más rápido y claro si la entidad quedaba bajo la supervisión directa de la Reserva Federal (Fed).
Por el momento American Express no ha hecho pública su intención de recurrir a la ayuda gubernamental ni cómo emplearía dicha ayuda, pero el diario afirma que una inyección de liquidez de este tipo proporcionaría a la empresa mayor flexibilidad en su operativa, aunque no resultaría de mucha utilidad a la hora de contener el desplome del consumo.
Desplome del consumo y aumento de la morosidad
La compañía ha reconocido una caída en las compras realizadas por sus clientes, mientras que los impagos y la morosidad experimentan un incremento, al mismo tiempo que American Express ha visto dificultado su acceso a los mercados de crédito.
De este modo, las acciones de American Express acumulan un descenso del 57% en lo que va de año, tras bajar ayer un 6,6%.
Por otro lado, el periódico apunta que los principales competidores de American Express, Visa y MasterCard no pueden optar a las ayudas del Gobierno, puesto que tecnicamente no son instituciones financieras.