LD (EFE) Argentina ha propuesto a sus acreedores privados una pérdida de valor de sus bonos –los cuales dejó de pagar en diciembre de 2001– del 75 por ciento. Según la propuesta, presentada en el trascurso de una reunión en Dubai, los prestamistas podrán escoger entre tres bonos: de descuento, con una reducción del valor nominal; bonos "par", con mayores plazos de vencimiento y sin reducción o con una pequeña reducción de su valor nominal; y bonos "C", que requieren una aportación adicional de fondos. La propuesta establece además que Argentina no pagará los intereses atrasados desde diciembre de 2001, cuando declaró la suspensión de pagos, hasta la fecha en que firme el acuerdo con los prestamistas.
Argentina también propuso consolidar los bonos en cuatro monedas -el dólar, el euro, el yen y los pesos indexados-, y en cuatro legislaciones -Nueva York, Reino Unido, Japón y Argentina-. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, reconoció que es probable que la propuesta argentina "no cubra todas las expectativas, pero la realidad está por encima de nuestras voluntades" y señaló que la solución a la que se llegue debe ser "realista, cumplible y definitiva".
La presentación de este lunes inicia un proceso de negociación con los acreedores que Argentina espera culminar a mediados del año que viene, según expresó en su carta de intenciones que detalla los compromisos adquiridos por Buenos Aires en el marco del acuerdo que firmó con el FMI y que el directorio de este organismo ratificó el pasado sábado.
Tras conocer el rechazo de los acreedores a la propuesta argentina, el jefe del gabinete del gobierno, Alberto Fernández, restó importancia a su reacción negativa al destacar que ellos "un poco de culpa tienen" en el cese de pagos. Los acreedores privados, casi la mitad extranjeros, "asumieron un riesgo indebido" al tomar "con altísimos tipos de interés" los bonos argentinos por casi 100.000 millones de dólares declarados en mora en diciembre de 2001, puntualizó Fernández en una rueda de prensa.
Argentina también propuso consolidar los bonos en cuatro monedas -el dólar, el euro, el yen y los pesos indexados-, y en cuatro legislaciones -Nueva York, Reino Unido, Japón y Argentina-. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, reconoció que es probable que la propuesta argentina "no cubra todas las expectativas, pero la realidad está por encima de nuestras voluntades" y señaló que la solución a la que se llegue debe ser "realista, cumplible y definitiva".
La presentación de este lunes inicia un proceso de negociación con los acreedores que Argentina espera culminar a mediados del año que viene, según expresó en su carta de intenciones que detalla los compromisos adquiridos por Buenos Aires en el marco del acuerdo que firmó con el FMI y que el directorio de este organismo ratificó el pasado sábado.
Tras conocer el rechazo de los acreedores a la propuesta argentina, el jefe del gabinete del gobierno, Alberto Fernández, restó importancia a su reacción negativa al destacar que ellos "un poco de culpa tienen" en el cese de pagos. Los acreedores privados, casi la mitad extranjeros, "asumieron un riesgo indebido" al tomar "con altísimos tipos de interés" los bonos argentinos por casi 100.000 millones de dólares declarados en mora en diciembre de 2001, puntualizó Fernández en una rueda de prensa.