La semana pasada, sin embargo, el número de peticiones de subsidios por desempleo aumentó más de lo previsto después de dos semanas consecutivas de descensos, lo que pone de manifiesto la volatilidad del mercado laboral pese a las tímidas señales de recuperación económica.
Las solicitudes han ido disminuyendo en meses recientes pero siguen por encima de los niveles típicos de una economía saludable: El promedio de solicitudes en cuatro semanas -un indicador más estable que atenúa el impacto de acontecimientos como huelgas, días festivos o fenómenos meteorológicos- bajó en 6.000 y quedó en 526.250, la cifra más baja desde el 10 de enero.
El número de personas que perciben el subsidio, pagado por los gobiernos de los Estados, descendió en 148.000 en la semana que concluyó el 17 de octubre y quedó en 5,8 millones, cifra más baja desde la semana que terminó el 21 de marzo. El Gobierno también señala que el promedio en cuatro semanas de las personas que permanecían en el subsidio de paro bajó en 78.750 y quedó en 5,96 millones. A fin de junio el número de desempleados alcanzó el punto máximo de 6,77 millones.
Las cifras de solicitudes de subsidios reflejan del ritmo de pérdida de empleos, y las cifras de personas que perciben el subsidio señalan las dificultades para encontrar empleo nuevo.