Blanco entiende las presiones del sindicato de controladores aéreos son "reprochables" en la medida en que "los ciudadanos y la industria del turismo, que es un motor económico para España, se vean perjudicado por unas actitudes que no se adaptan a la ley".
La posible sustitución de los mismos por controladores militares, tras un cursillo de formación, es posible en la medida que "prevalecerá el criterio de garantizar la seguridad por encima de cualquier otra cosa", y para ello se dispone a firmar esta misma semana un acuerdo con Defensa para determinar las condiciones.
"No sé por qué el resto de ministros no afrontó esta situación. Tampoco cómo se llegó a acordar el convenio de 1999", dice Blanco en El Mundo. Blanco señala el coste elevadísimo y la baja productividad del sector en relación a la media europea, que además "contribuía a generar más déficit en Aena". Se afrontó un recorte de gastos que, de todas formas, "siguen estando por encima de la media europea", y a pesar de ello "a partir de ahí empezaron los problemas".
Es por ello que el ministro plantea que si un controlador incumple la ley, el peso de ésta caerá sobre quien la vulnere. "El despido siempre está contemplado". Debido a las numerosas prórrogas en las negociaciones, que se producen "desde 2005", había que "poner punto y final a esta estrategia". "Comprendo que quieran acordar el convenio más favorable, pero una cosa es esto y otra distinta no entender que las condiciones han cambiado porque hay una nueva ley". "Por ello, les invito a que se sienten a negociar de verdad, a no marear más la perdiz y alcanzar un acuerdo".
Blanco niega una estrategia electoralista al respecto de esta política. "Esta misma semana he anunciado un recorte de obra público que tiene bastante impacto", y he tomado "esa decisión a iniciativa propia".
"No hay que olvidar que, además, que muy pronto se va a implantar el cielo único, que supondrá una reducción del número de centros de control aéreo". El objetivo en esta tesitura, dice Blanco en El Mundo, es que los cinco centros de control que el país tiene ahora mismo se reduzcan a uno.
El Mundo pregunta al ministro si no es un momento adecuado para desarrollar una ley de huelga que impida que los ciudadanos tengan que sufrir paros como el desarrollado en Madrid por los trabajadores de Metro, o los paros encubiertos de controladores de Baleares y Cataluña. "Yo creo que nuestro país sí que necesita una ley de huelga. Pero también que las leyes no pueden hacerse al amparo de un debate, y sobre todo en este momento, con una reforma laboral sobre la mesa". Pero matiza: "Con los controladores no estamos hablando de una huelga, sino de triquiñuelas que causan un grave daño a los ciudadanos".
Blanco sigue acotando el problema en El Mundo: "No se trata de un problema de números sino de organizar bien el trabajo. Las horas que realizan ahora son las mismas o incluso menos que antes; lo que sucede es que son casi todas ordinarias", que se pagan casi tres veces menos que las ordinarias. "Parece que el dinero era una garantía de salud, porque sino esto es inexplicable".
El diario pregunta al ministro, en otro orden de cosas, si la crisis económica empieza a ver su final. "La actividad económica se va recuperando. Los indicadores apuntan a que hay más movimiento también en nuestros puertos. También en los aeropuertos. En general, las exportaciones han mejorado y lo mismo ocurre con el consumo interno. El problema sigue siendo la financiación".
No obstante, defiende al Gobierno diciendo que "lo que menos necesita el país son elecciones". "Al único al que le convienen las elecciones es a Mariano Rajoy. Cree que esta es su única oportunidad de ganar". Además, Rajoy no presenta una moción de censura "porque no quiere que se le vea el plumero. Prefiere seguir en la ambigüedad, decir una cosa y la contraria". "Yo creo que se equivoca pero no le voy a dar consejos", ironiza en El Mundo.