LD (EFE) La Comisión insiste en que su propuesta es resultado de una investigación muy exhaustiva y sólo trata de compensar a la industria europea por el daño causado por lo que considera competencia desleal. Los productos que provienen de China y Vietnam son más baratos y podrían ganarse el favor de los consumidores europeos, lo que obligaría a las empresas europeas a competir en precio o en calidad. Ahora la competencia proveniente de esos países lo tendrá más difícil para ofrecer productos más baratos a los europeos. No hay que olvidar que la mitad del calzado europeo se produce en China.
La presidencia finlandesa ha precisado que una mayoría de Estados miembros, representados por sus embajadores permanentes ante la UE, no se pronunció en contra de la propuesta de compromiso. El acuerdo de los embajadores, logrado tras meses de discusión, será ratificado, sin debate, por los ministros de Justicia e Interior de los 25, que se reúnen mañana y el viernes en Luxemburgo, para su entrada en vigor el próximo día 7. Los gravámenes provisionales que la UE venía aplicando a las importaciones de zapatos de China y Vietnam desde el pasado mes de abril expiran el viernes, seis de octubre.
Desde la Comisión Europea, el responsable de Comercio, Peter Mandelson, ha insistido las últimas semanas en que haría suya cualquier propuesta susceptible de lograr un apoyo mayoritario de los Estados miembros. La imposición de barreras arancelarias es una cuestión que, tradicionalmente, divide a los 25. En este caso, los países con industria productora de calzado, como España, Italia y Portugal, eran los más interesados en establecer un arancel fijo a las importaciones de China y Vietnam, mientras que otro grupo de Estados (los nórdicos, Alemania y Reino Unido, principalmente) se oponían, porque creen que perjudica a las empresas de distribución, que tienen más peso en sus economías.
Desde la Comisión Europea, el responsable de Comercio, Peter Mandelson, ha insistido las últimas semanas en que haría suya cualquier propuesta susceptible de lograr un apoyo mayoritario de los Estados miembros. La imposición de barreras arancelarias es una cuestión que, tradicionalmente, divide a los 25. En este caso, los países con industria productora de calzado, como España, Italia y Portugal, eran los más interesados en establecer un arancel fijo a las importaciones de China y Vietnam, mientras que otro grupo de Estados (los nórdicos, Alemania y Reino Unido, principalmente) se oponían, porque creen que perjudica a las empresas de distribución, que tienen más peso en sus economías.