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Cerca de la mitad de los desempleados tiene pocas probabilidades de salir del paro

Cerca de la mitad de los parados, en concreto el 44,4 por ciento de los más de dos millones de desempleados que estaban registrados en el Inem a finales del pasado mes de diciembre, unos 930.000, tenían pocas o muy pocas probabilidades estadísticas de encontrar un empleo. Esta es la principal conclusión de un estudio sobre la ocupación de los parados presentado este jueves por el secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, junto a uno de sus autores, el profesor Luis Toharia. Los preceptores de ayudas tienen menores posibilidades de encontrar un nuevo empleo.

Cerca de la mitad de los parados, en concreto el 44,4 por ciento de los más de dos millones de desempleados que estaban registrados en el Inem a finales del pasado mes de diciembre, unos 930.000, tenían pocas o muy pocas probabilidades estadísticas de encontrar un empleo. Esta es la principal conclusión de un estudio sobre la ocupación de los parados presentado este jueves por el secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, junto a uno de sus autores, el profesor Luis Toharia. Los preceptores de ayudas tienen menores posibilidades de encontrar un nuevo empleo.
LD (Europa Press) De acuerdo con este informe, las posibilidades de salir del paro son menores para las mujeres, para los trabajadores de mayor edad, para los que tienen menor nivel de estudios, para los demandantes de más antigüedad, y para los perceptores de prestaciones, especialmente los que cobran ayudas asistenciales, subsidios para mayores de 52 años y la Renta Activa de Inserción (RAI). El informe también refleja que cuanto más amplio es el ámbito territorial de búsqueda de empleo, más probabilidades hay de encontrar un puesto de trabajo. Así, el ámbito geográfico de búsqueda, y la antigüedad de la demanda son factores fundamentales para determinar la "ocupabilidad" de los desempleados.
 
Según explicó Toharia, el objetivo de este estudio es determinar la influencia de algunas variables, relacionadas en mayor o menor medida con el concepto de disponibilidad, para conocer la capacidad real de los parados registrados de encontrar un empleo o de querer hacerlo. Los resultados ponen de manifiesto que no todos los parados tienen la misma probabilidad de salir del desempleo. El perfil de los parados con menos probabilidades de encontrar un puesto de trabajo coincide con aquellos demandantes que presentan una antigüedad de un año o más, que circunscriben su ámbito de búsqueda a su término municipal, que demandan menos de tres ocupaciones, y que pertenecen al colectivo específico de perceptores del subsidio de mayores de 52 años y de beneficiarios de la RAI.
 
Los perceptores de pensiones contributivas están más dispuestos a trabajar que los que cobran pensiones asistenciales, la RAI o el subsidio de mayores de 52 años, pero también que hay que tener cuenta que muchos de los que se encuadran en este último grupo han sido prejubilados por sus empresas, subrayó Valeriano Gómez.  Teniendo en cuenta todas las variables que influyen en la disponibilidad, el estudio concluye que el 44,4 por ciento por ciento de los parados presentan una "ocupabilidad" baja o muy baja, el 36,2 por ciento media, y el 19,3 por ciento, alta. En este último grupo, se encuadraban algo más de 400.000 personas en el mes de diciembre 2005. La tasa de salida del paro es este colectivo es muy elevada, pues el 14,2 por ciento de ellos ya no estaban en el desempleo en enero de 2006, es decir, un mes más tarde.
 
El secretario general de Empleo, que calificó este estudio de "pionero", informó de que la intención del Ministerio es publicar mensualmente estos índices de ocupabilidad para conocer su evolución. Los datos que se extraen de este informe, añadió, ayudarán tanto a mejorar el uso de las políticas activas de empleo -centrándose en los colectivos de difícil "ocupabilidad"- como a que el Inem gestione de forma más eficiente sus ofertas de trabajo.
 
Junto a este estudio, Gómez y Toharia presentaron otro informe en el que se recoge la evolución, hasta 2005, de los 5,7 millones de trabajadores que en el año 2000 fueron contratos temporalmente. Cruzando datos de la EPA, de la Seguridad Social y del Inem, los autores del estudio constatan que el 30 por ciento de esos trabajadores seguían teniendo un contrato temporal al finalizar el periodo analizado (2000-2005), en tanto que un tercio había conseguido estabilizar su situación laboral y otro tercio había desaparecido del mercado laboral tras haber estado contratado entre un año y un año y medio en todo el lustro.
 
El profesor Toharia asegura que la temporalidad "tiene muchos perfiles", no habiendo un único modelo en el que englobar a todos los temporales. Los más "atrapados" en la temporalidad, es decir, los que no consiguen salir de esta situación son, según el estudio, los más jóvenes, los que tienen un nivel estudios más bajo, los que viven en determinadas comunidades (caso de Andalucía) y los que tienen ocupaciones muy concretas. Según Toharia, hay menos mujeres que hombres atrapadas en la temporalidad, pero ello se debe a que la situación del colectivo femenino es más inestable y precaria. Los varones tienen más probabilidades de quedar atrapados en la temporalidad si trabajan en la construcción, mientras que el caso de las mujeres, las posibilidades son mayores si trabajan en la sanidad, la educación o las administraciones públicas.
 
También el tipo de contrato influye en esta variable. Así, los contratados por obra o servicio están "más atrapados" en la temporalidad que los contratados eventualmente, colectivo más asociado a la inestabilidad y la precariedad laboral. 

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