"Después de su victoria en el referéndum de febrero, Chávez ha proclamado el comienzo de la tercera fase de su proyecto de socialismo nacionalista. Esto está traduciéndose en una mayor acumulación de poder y en una clara radicalización de sus políticas".
De este modo, comienza su análisis de la economía venezolana el Servicio de Estudios de Caja Madrid, en su último informe sobre América Latina, elaborado el pasado julio.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha extendido sus ansias de nacionalización a todos los sectores estratégicos del país, tales como la energía, la producción de alimentos básicos o el financiero. Y ello, empleando como excusa la bandera de la "protección de la seguridad nacional".
Sin embargo, más allá de la represión política que sufre la oposición y los medios de comunicación críticos con su Gobierno, la "Revolución Bolivariana" emprendida por el Gorila Rojo se está materializando en unos nefastos resultados económicos.
Así,el PIB de Venezuela bajó un 0,3% interanual en el primer trimestre de 2009, tras el desplome del sector petrolero (-4,8%), mientras que sólo la construcción se mantuvo en positivo gracias a la obra pública (3,6%).
"Este deterioro es atribuible al hundimiento de la confianza de los empresarios y de la inversión en capital y, sobre todo, al impacto de la caída en el precio del crudo sobre las exportaciones, que se contrajeron un 47% en el cuarto trimestre de 2008 (el petróleo supone el 90% del total)", advierte el informe.
El problema es que, incluso en este escenario de estancamiento económico, "los precios se han desmarcado de la tendencia global de desinflación". Venezuela vive hoy instalada en la temida estanflación (recesión económica y elevada inflación).
El estudio señala que "a pesar de la moderación puntual" de los precios en los primeros meses del año (26,8% en mayo desde el 31% de finales de 2008), "la probable devaluación de la moneda en el segundo semestre, una mayor restricción sobre las importaciones y la monetización del déficit fiscal llevarán a la inflación por encima del 30%" a finales de 2009.
Y es que, según los analistas de Caja Madrid, "la política de transferir las reservas internacionales a las arcas del gobierno continuará restando capacidad de respaldo a la divisa y exacerbará las tensiones inflacionistas".
PDVSA, en riesgo
Por ello, la entidad estima que la "estanflación" que vive Venezuela se materializará en una contracción económica de hasta el 2,5% en 2009 y una inflación superior al 30%. "Es previsible que el gobierno siga dilapidando las reservas del Banco de la República y los fondos de la empresa pública de petróleo (PDVSA)" para cubrir la escasez de financiación, añade.
La posición fiscal de Venezuela ha sufrido un brusco deterioro. Así, casi el 50% del gasto público del Gobierno bolivariano se financia mediante los ingresos de PDVSA. La principal petrolera del país, en manos de Chávez, ha duplicado su plantilla desde 2003, y ahora se dedica, además, a actividades tales como construir viviendas, importar alimentos, gestionar unidades agrícolas, o financiar actividades educativas para adultos.
La pésima gestión pública ha puesto a la PDVSA contra las cuerdas, ya que ha registrado pérdidas próximas a los 24.000 millones de dólares, debido a los precios "amigo" para Cuba y otros países vecinos.
"Esta descapitalización de PDVSA y el acoso al que el gobierno somete a las empresas extranjeras están comprometiendo el futuro del sector energético", según destaca el informe. De hecho, la producción ya está retrocediendo, lo que unido a la moderación del precio del crudo desde finales del verano del año pasado, ya ha provocado un desplome de las transferencias a programas sociales (2.700 millones de dólares en 2008, frente a 7.100 millones en 2007).
Mientras tanto, la tensión financiera a la que está sometida la compañía se refleja en una deuda de 13.800 millones en 2008. "El reciente repunte del precio del crudo le concede un cierto respiro, pero hay que tener en cuenta que el barril de crudo venezolano, de menor calidad, se vende con un descuento de 10 dólares por barril. A efectos fiscales, se estima que el barril debería venderse en torno a los 100 dólares" para que el Gobierno venezolano logre reequilibrar sus cuentas públicas.
Guerra comercial con Colombia
De este modo, la política económica aplicada por Chávez ha instalado a Venezuela en la estanflación. Pese a ello, el líder comunista insiste en culpar al sector privado del deterioro de la economía. Dicha falacia es empleada constantemente por si Gobierno para extender el control total del Estado sobre la economía del país. Pero, la progresiva nacionalización económica no es el único resultado negativo de su política. Venezuela avanza hacia el proteccionismo y la guerra comercial con países vecinos.
Espera "suplir completamente los suministros" de materia prima colombiana para "principios de 2010", según señaló el martes el ministro de Comercio, Eduardo Samán, tras firmar varios acuerdos con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.
"Entre finales de este año y mediados del que viene podremos sustituir por lo menos todo lo que es materia prima para la industria", explicó el ministro. Samán realizó estas declaraciones a la salida del acto encabezado por el presidente venezolano, Hugo Chávez, y la mandataria argentina, Cristina Fernández, celebrado en el palacio presidencial, informa Efe.
Esta estrategia se enmarca dentro de la decisión de Chávez de "congelar las relaciones" con Colombia. Venezuela tomó está decisión a raíz de las denuncias del Gobierno del presidente Álvaro Uribe sobre un presunto desvío de armas venezolanas hacia las FARC y la negociación de un acuerdo entre Bogotá y Washington que permitiría a soldados estadounidenses utilizar siete bases militares colombianas, lo que Venezuela considera una "amenaza".
Entre los más de veinte acuerdos firmados, Samán destacó los alcanzados en el sector automotriz, que supondrán la llegada de 10.000 vehículos argentinos antes de finales de 2009, unidades que iban a ser adquiridas a Colombia. Venezuela ha otorgado para 2009 cerca de 30.000 licencias de importación de vehículos, de las que 10.000 serán de Argentina y 18.000 provendrán de Ecuador.
Samán criticó la actitud de la multinacional General Motors que, afirmó, "aún no ha retirado la licencia de 4.000 vehículos para exportar desde Ecuador" al considerar que "los dividendos del 56% sugeridos por la empresa no son suficientes".
"¿Que nos digan cuánto quieren ganar? (...) Queremos tratar con gente seria, que no especule, que no sobrevalore", afirmó. Los acuerdos entre Argentina y Venezuela sellados el martes ascienden a 1.100 millones de dólares, y se inscriben en sectores como el eléctrico, agroindustrial, maquinaria, textiles, farmacéutico y alimentario, entre otros.
De este modo, el Gobierno bolivariano premia con tratos comerciales preferenciales a sus socios y aliados políticos en la región, mientras que penaliza las relaciones económicos con vecinos no afines a su Gobierno.