El fuerte crecimiento de la economía de EEUU, que en el tercer trimestre de 2009 creció un 2,2%, vino respaldado por las contribuciones positivas de la inversión privada en inventarios, las exportaciones y el consumo doméstico, que contrarrestaron el incremento de las importaciones.
Sin embargo, a pesar de los dos últimos trimestres de fuerte crecimiento de la economía, el PIB de EEUU registró en 2009 una contracción del 2,4%, su peor lectura desde 1946 y en contraste con el crecimiento del 0,4% del ejercicio 2008.
Por su parte, el gasto real por parte de los consumidores creció un 2% en el último trimestre, por debajo del 2,8% registrado en los tres meses anteriores, aunque superó las expectativas del 1,8%. De hecho, el gasto de los consumidores aportó 1,44 puntos porcentuales al dato del PIB.
Al trasladar el dato a dólares corrientes, el valor de la producción de bienes y servicios de EEUU creció un 6,4% en el cuarto trimestre, hasta 14,46 billones de dólares (10,35 billones de euros), frente al incremento del 2,6% registrado en el trimestre anterior.
A pesar del fuerte repunte del PIB en los dos últimos trimestres, la economía de EEUU destruyó 85.000 empleos en diciembre de 2009 y, aunque la tasa de paro se mantuvo estable en el 10% por segundo mes consecutivo, elevó a 6,6 millones de personas la cifra de nuevos desempleados desde que en diciembre de 2007 comenzó la recesión económica.
Asimismo, el pasado miércoles, el Comité de la reserva Federal de EEUU (Fed) decidió mantener los tipos en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25% y auguró "niveles excepcionalmente bajos para las tasas federales durante un periodo prolongado de tiempo".