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EEUU estudia privatizar prestigiosas universidades públicas por la crisis

A pesar del notable incremento del intervencionismo político en EEUU y la retórica favorable del presidente Obama respecto a la educación, la verdad es que algunas prestigiosas universidades públicas de la nación están viéndose en apuros, y podrían optar por la privatización.

(Libertad Digital) No es ningún secreto para los lectores de LD que algunos estados de EEUU están pasando grandes apuros para efectuar sus pagos y continuar su funcionamiento, debido al excesivo endeudamiento y caída en picado de los ingresos públicos. Pero no es tan conocido el hecho de que estas dificultades puedan forzar a algunos estados a privatizar de facto sus prestigiosas universidades públicas.  

Así informaba la revista Time, en un artículo de Amy Sullivan en el que mostraba con detalle el caso de la Universidad de Michigan. Según comenta Sullivan, su última hornada de graduados podría pasar a ser la última que haya pertenecido a esta institución genuinamente pública. 

Dados los apuros financieros que está sufriendo este estado, se están buscando formas de ahorrar dinero, y algunos políticos han sugerido la privatización de esta institución. A pesar de las dificultades que pueda tener llevar a cabo esta acción formalmente, los legisladores propusieron eliminar los 327 millones de dólares en financiación que el estado provee cada año a la universidad.

Sin embargo, dada la ingente cantidad de dinero que se requeriría para continuar con la gestión y mantenimiento de la universidad, ésta “puede que tenga que acometer cambios drásticos que podrían amenazar su carácter”, afirma Sullivan.

Pero la Universidad de Michigan no es la única en crisis. A medida que los estados experimentan notables déficits en sus presupuestos, universidades como las de Wisconsin, Carolina del Norte y Virginia, cada vez más dependen del apoyo del exterior, tanto en forma de filantropía como en la llegada de nuevos estudiantes de fuera de los estados, quienes tienen que pagar cuotas más altas que los residentes.

El resultado de este proceso, tal y como informa la revista Time, “ya ha sido una cuasi-privatización de algunas de las instituciones de investigación más prestigiosas y de la estratificación económica de sus estudiantes”. Uno se pregunta a donde han ido los fondos multimillonarios de los planes anticrisis que ha trazado el gobierno federal, y dónde está el apoyo a la educación que tanto proclamaba Obama. 

A pesar de que a entidades como la Universidad de Michigan se las califique de universidades estatales, algunos como su presidente durante 1988 y 1996, James Duderstadt, piensan que esto es engañoso. Así, afirma que “el estado es nuestro accionista minoritario más pequeño”, ya que su contribución anual al presupuesto operativo de la universidad es menos del 6%. Esta cantidad ha ido disminuyendo a medida que la economía iba empeorando.

Tradicionalmente, este tipo de universidades estatales estaban destinadas a ofrecer una educación superior más asequible para sus residentes. Pero dado que los estudiantes que llegan de fuera resultan mucho más rentables, pagando matrículas tres veces más altas que los residentes, la tentación de aumentar los ingresos por esta vía es fuerte.

Hasta el momento, las universidades públicas como la de Michigan no han tenido problemas en atraer a estudiantes pudientes de otros estados. Pero la competencia con las instituciones privadas, quienes ofrecen mejores servicios, capacidad investigadora y profesorado, amenaza su continuidad.

Añádanse a esto dos hechos más: la actual coyuntura está forzando a las familias a ser mucho más cuidadosas con sus decisiones económicas, por lo que la competencia será muy intensa. Y el número de alumnos internacionales ha caído en los últimos años, debido a la pujanza de algunas universidades en Europa y Asia.

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