LD (Agencias) Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden del último barómetro fiscal que elabora el Instituto de Estudios Fiscales (IEF) para el Ministerio de Economía y Hacienda y para el que se han mantenido entrevistas personales a partir de una muestra de 1.500 ciudadanos a lo largo de 2007.
Pese a que la cifra de personas que consideran que el fraude fiscal está muy extendido es elevada, se trata de una cota diez puntos porcentuales inferior a la registrada un año antes y del nivel más bajo desde 2000.
La percepción de que el fraude fiscal está muy generalizado es más común entre agricultores y asalariados, con un 45 por ciento, mientras que el porcentaje de los que opinan lo contrario aumenta entre los empresarios (67 por ciento), profesionales (61 por ciento) e inactivos (66 por ciento).
Por colectivos, el 45 por ciento de los encuestados opina que los empresarios son los que defraudan más habitual y sistemáticamente a la Hacienda pública, seguidos de los profesionales liberales (16 por ciento) y autónomos (15 por ciento), cuya actividad, al estar sometida a un menor control por parte de la administración, ofrece mayores oportunidades para la evasión.
Por el contrario, los asalariados mantienen la conducta fiscal más honesta, al estar controlada la parte más importante de sus ingresos mediante el sistema de retenciones salariales.
Entre los motivos, ganan terreno los económicos
Respecto a las causas del fraude fiscal, la falta de honradez y conciencia cívica explicaría el fraude en el 22 por ciento de los casos, seguida de una presión fiscal excesiva (18 por ciento), la ineficaz lucha contra el fraude fiscal (16 por ciento), la necesidad de "trampear" para salir adelante (16 por ciento), la sensación de impunidad (16 por ciento) y lo inadecuado de los servicios y prestaciones en comparación con lo que se paga por ellos (13 por ciento).
De este modo, las causas económicas (presión fiscal excesiva y necesidad de 'trampear') han experimentado "un brusco ascenso" hasta situarse en el primer puesto por primera vez desde 2003.
Por otro lado, hasta un 49 por ciento de los encuestados justifica, de un modo u otro, la conducta defraudadora basándose, en un 41 por ciento de los casos, en que son las circunstancias las que obligan a defraudar para salir adelante.