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EL JUEGO ONLINE MUEVE 350 MILLONES

El azar virtual, ¿una apuesta segura?

El juego online mueve en España 350 millones de euros y podría llegar a 800 en cuatro años. Los proveedores de apuestas en la red se multiplican. El Gobierno prepara una ley pafra regular este incipiente negocio.

No todos los negocios naufragan en tiempos de crisis. Algunos, incluso, saben sacar partido de ella y generar beneficios. Es el caso de las casas de apuestas online. Cada vez existen más páginas web dedicadas a este negocio y se estima que mueve alrededor de 350 millones de euros al año. La mayoría coincide en que el negocio no ha hecho más que despegar, y que en cuatro años la cifra podría crecer más de un 100% hasta llegar a 800 millones de euros.

Aunque es el Reino Unido quien arrastra una mayor tradición de apuestas, España se ha descubierto como un país consumidor de este tipo de ocio y las grandes casas deportivas no han perdido el tiempo. Miapuesta.com, Bwin, Paf.com, Unibet o Betfair son algunas de las muchas empresas que han proliferado en nuestro país y cuyos ingresos les permiten invertir en publicidad en espacios radiofónicos deportivos y en presencia en las camisetas de equipos como el Real Madrid, Valencia, Sevilla o Español.

Betfair, que acapara el 50% de las apuestas mundiales en la red, es el mejor ejemplo del éxito en el sector. Fundada hace 10 años, la compañía cuenta con 1.350 trabajadores y opera en 140 países. Su página está disponible en 18 idiomas y registró en 2009 unos ingresos de 345 millones de euros, casi un 30% más que el año anterior.

Xabier Ojer, responsable de comunicación de la compañía en España, incide en las causas. “El motivo principal de este crecimiento es que en países como el nuestro es todavía un sector incipiente con mucho recorrido, ya que tiene menos de una década”. Presumen de modelo distinto del resto, en que el apostante no apuesta contra la casa de apuestas, sino contra otros usuarios.

“Somos el P2P de las apuestas y tenemos por ello mejores cuotas que el resto”, explica Ojer. “La clave está en que buscamos ganadores y no perdedores, como en otras casas de apuestas”. La empresa, que no cobra a los perdedores, se lleva entre un 2% y un 5% de la cantidad ganadora en concepto de comisión.

Un negocio en la alegalidad

Este sector no se ajusta por el momento a una regulación específica en España y desarrolla su actividad al margen de Hacienda y de cualquier tipo de control. Sin embargo, el Gobierno ya prepara un borrador para la futura ley del juego.

Aún se desconocen los puntos sobre los que versará la futura norma, pero ya hay cifras aproximadas: las arcas del Estado podrían engrosar cerca de 100 millones de euros, dependiendo de cómo evolucione el sector y de cuándo comience a aplicarse la nueva legislación. Se prestará especial atención a la publicidad, cada vez más generalizada en ámbitos deportivos, y se concederán autorizaciones para llevar a cabo la actividad después de pasar los filtros del Estado.

Además, estarán especialmente perseguidos quienes, estando involucrados en la actividad sobre la que se apuesta, traten de alterar resultados para su propio beneficio.

¿Más ludópatas?

A pesar de que apostar o jugar online no es más que una actividad de ocio, su abuso puede acabar en desgracia. La ludopatía, reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), no es una patología generalizada, pero su incidencia se ha cuadruplicado en los últimos años.

Así lo sostiene el doctor José María Vázquez Roel, director de la Clínica Capistrano, especializada en el tratamiento de adicciones desde hace 22 años. “Cada vez más cantidad de personas apelan al factor suerte con la expectativa de mejorar su situación”, explica Vázquez. “Este fenómeno es frecuente en situaciones de crisis económica”.

Hay apuestas para todo lo imaginable, y un sinfín de facilidades para saciar las ganas de jugar a través de internet. “La disponibilidad es uno de los factores predominantes en el desarrollo y mantenimiento de las adicciones, por lo que claramente la invasión de múltiples combinaciones de apuestas de todo tipo a través de la red incrementa el aumento de estas conductas”, apostilla el doctor.

La futura ley del juego quiere, entre otras materias, regular la publicidad, que tiene una creciente presencia tanto en los medios de comunicación como en escaparates del deporte tan visibles como las camisetas del Real Madrid. “El juego afecta a todas las edades y clases sociales”, explica el doctor Vázquez. “Que la adicción llegue a fases severas depende tanto de la personalidad como de la disponibilidad de acceso al crédito”.

Desde el otro lado, Xabier Ojer, responsable de Betfair, destaca un reciente estudio del Departamento de Salud de la Generalidad catalana que sitúa al juego online como la actividad de azar que menos adicciones crea. Además, insiste en la seguridad de estas webs. “Las empresas de apuestas online más importantes permiten al apostante que se ajusten los niveles máximos de apuesta, así como restringir el reabastecimiento de las cuentas de usuario a los niveles máximos solicitados cada mes”.

Para modificar estos parámetros, dichos usuarios deben consultarlo con personal especializado de asociaciones como GameCare y esperar un plazo determinado para que se implemente cualquier cambio. Bwin, una de las líderes del sector con 20 millones de usuarios registrados, admite su preocupación por la ludopatía. “Desde 2005 estamos analizando de manera continua y en colaboración con la Facultad de Medicina de Harvard el comportamiento de juego online real, además de desarrollar estándares adecuados de juego responsable y realizar una fuerte inversión en medidas preventivas de protección”.

A pesar de las trabas, los proveedores de apuestas esperan con curiosidad e impaciencia la nueva ley del juego. “Una regulación moderna del juego online beneficiará a todas las partes interesadas: el Estado, los consumidores y las compañías”, afirman desde Bwin. La prioridad de la legislación debería ser, según Betfair, “un texto que permita a los operadores online con licencia en cualquier país de la UE operar en España libremente y viceversa”. Así, concluye, “se mejorarán estándares de los operadores y se protegerá de mejor manera a los usuarios”.

Deportistas bajo sospecha

17 personas detenidas y un millón de euros intervenidos. Es el resultado provisional del último gran escándalo deportivo relacionado con apuestas ilegales. El pasado mes de noviembre, una redada efectuada simultáneamente en Alemania, Suiza y el Reino Unido destapó una red que podría haber alterado cerca de 200 partidos de fútbol de las primeras divisiones de Austria, Bosnia, Hungría, Eslovenia, Croacia, Turquía y de tres partidos de Liga de Campeones, entre otros.

Más cerca, en España, saltó la alarma con una serie de apuestas sospechosas a favor del 0-0 en un partido de la pasada temporada entre el Rayo Vallecano y Las Palmas. Supuestamente, un jugador rayista y varios familiares directos ganaron 200.000 euros después de apostar por el empate a cero, resultado que le convenía a ambos conjuntos por distintos objetivos que tenían en ese momento.

El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, aboga por actuar con contundencia ante estos fraudes. “Las apuestas por internet no están reguladas y no se sabe dónde está el límite”, dijo. “Si hay pruebas se debe actuar como cualquier otro delito y juzgar”.

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