L D (Agencias) Durante su comparecencia ante la comisión de Economía y Hacienda del Congreso, Caruana precisó que este año la tasa de crecimiento del PIB "podría ser, quizás, algunas décimas inferior al 3 por ciento" y añadió que el reciente encarecimiento del crudo "no tendría que afectar de forma grave" al crecimiento.
El gobernador reseñó que, a pesar de estas perspectivas favorables, la consecución de nuevos avances en la convergencia real más allá del 2005 debe apoyarse en un patrón de crecimiento diferente al actual, que dependa menos de los componentes que han impulsado la demanda en el pasado -consumo y construcción- y más de aquellos que elevan el potencial productivo, como la inversión y la exportación.
Subrayó que la prolongación del modelo de crecimiento implica "riesgos", principalmente la pérdida de competitividad y la persistencia de "algunas tendencias que pueden comprometer el equilibrio financiero de empresas y familias". Estos riesgos, agregó, podrían verse agudizados por la vuelta a condiciones monetarias más neutrales o por una eventual disminución de la creación de empleo.
Respecto a la política monetaria, Caruana recordó que en los últimos años el BCE ha ido adaptándola a la posición de debilidad cíclica del área del euro, hasta situar los tipos en niveles históricamente bajos, pero reseñó que los problemas estructurales y de confianza de Europa no pueden solucionarse con mayor relajación monetaria. Asimismo, atribuyó las pérdidas de competitividad al mantenimiento de un diferencial positivo de inflación y al lento avance de la productividad. El diferencial de precios, explicó, se ha traducido en mayor crecimiento de los costes en España y, en especial, de los salarios, a los que la negociación colectiva dota de un cierto "comportamiento inercial", que termina repercutiendo en nuevas alzas de precios.
A su juicio, es necesario "adaptar" el modelo de negociación colectiva para vincular los incrementos salariales en la mayor medida posible a las condiciones específicas de las empresas y los trabajadores, ligándolos estrechamente a la productividad. También sería conveniente, dijo, desligar la evolución salarial de las perturbaciones externas que afectan a la inflación y, en este contexto, Caruana denunció que las cláusulas de revisión salarial refuerzan la persistencia de las tensiones de precios. El buen funcionamiento de los canales de distribución y el fomento de la competencia en los mercados pueden facilitar, según Caruana, la absorción de las tensiones inflacionistas, por lo que reclamó que la regulación del comercio minorista evite la compartimentación del mercado.
En el ámbito laboral, Caruana reclamó, además de la reforma de la negociación colectiva, mayor estabilidad en el empleo, reduciendo la dualidad creada por la elevada tasa de temporalidad. Se refirió también a la política fiscal y valoró el saneamiento de las finanzas públicas, que ha permitido a España cumplir los compromisos del Pacto de Estabilidad de la UE. Pidió la colaboración de las comunidades autónomas para continuar esta labor y abogó por lograr superávit en las finanzas públicas para hacer frente, entre otros retos, al envejecimiento de la población. En el contexto europeo, reiteró que la disciplina fiscal es esencial para el funcionamiento de la unión monetaria, consideró "desenfocado e inoportuno" el debate actual sobre las reglas fiscales y pidió a los países inmersos que han incumplido el Pacto que "hagan frente a sus compromisos y corrijan esos desequilibrios a la mayor brevedad posible".
El gobernador reseñó que, a pesar de estas perspectivas favorables, la consecución de nuevos avances en la convergencia real más allá del 2005 debe apoyarse en un patrón de crecimiento diferente al actual, que dependa menos de los componentes que han impulsado la demanda en el pasado -consumo y construcción- y más de aquellos que elevan el potencial productivo, como la inversión y la exportación.
Subrayó que la prolongación del modelo de crecimiento implica "riesgos", principalmente la pérdida de competitividad y la persistencia de "algunas tendencias que pueden comprometer el equilibrio financiero de empresas y familias". Estos riesgos, agregó, podrían verse agudizados por la vuelta a condiciones monetarias más neutrales o por una eventual disminución de la creación de empleo.
Respecto a la política monetaria, Caruana recordó que en los últimos años el BCE ha ido adaptándola a la posición de debilidad cíclica del área del euro, hasta situar los tipos en niveles históricamente bajos, pero reseñó que los problemas estructurales y de confianza de Europa no pueden solucionarse con mayor relajación monetaria. Asimismo, atribuyó las pérdidas de competitividad al mantenimiento de un diferencial positivo de inflación y al lento avance de la productividad. El diferencial de precios, explicó, se ha traducido en mayor crecimiento de los costes en España y, en especial, de los salarios, a los que la negociación colectiva dota de un cierto "comportamiento inercial", que termina repercutiendo en nuevas alzas de precios.
A su juicio, es necesario "adaptar" el modelo de negociación colectiva para vincular los incrementos salariales en la mayor medida posible a las condiciones específicas de las empresas y los trabajadores, ligándolos estrechamente a la productividad. También sería conveniente, dijo, desligar la evolución salarial de las perturbaciones externas que afectan a la inflación y, en este contexto, Caruana denunció que las cláusulas de revisión salarial refuerzan la persistencia de las tensiones de precios. El buen funcionamiento de los canales de distribución y el fomento de la competencia en los mercados pueden facilitar, según Caruana, la absorción de las tensiones inflacionistas, por lo que reclamó que la regulación del comercio minorista evite la compartimentación del mercado.
En el ámbito laboral, Caruana reclamó, además de la reforma de la negociación colectiva, mayor estabilidad en el empleo, reduciendo la dualidad creada por la elevada tasa de temporalidad. Se refirió también a la política fiscal y valoró el saneamiento de las finanzas públicas, que ha permitido a España cumplir los compromisos del Pacto de Estabilidad de la UE. Pidió la colaboración de las comunidades autónomas para continuar esta labor y abogó por lograr superávit en las finanzas públicas para hacer frente, entre otros retos, al envejecimiento de la población. En el contexto europeo, reiteró que la disciplina fiscal es esencial para el funcionamiento de la unión monetaria, consideró "desenfocado e inoportuno" el debate actual sobre las reglas fiscales y pidió a los países inmersos que han incumplido el Pacto que "hagan frente a sus compromisos y corrijan esos desequilibrios a la mayor brevedad posible".