LD (Europa Press) A pesar de la buena evolución de la actividad de las empresas en los tres primeros trimestres de 2005, la institución explica en su informe que ha comenzado a mostrar síntomas de ralentización, muy influidas por el encarecimiento de los carburantes y el deterioro de la actividad exterior.
El resultado ordinario neto aumentó un 9,7 por ciento en los nueve primeros meses, frente a el crecimiento del 15,7 por ciento que experimentó en el mismo periodo del año anterior, como consecuencia del aumento de los gastos financieros, que se situaron en el 8,4 por ciento.
Por su parte, el Valor Añadido Bruto (VAB) se incrementó en los nueve primeros meses del año un 2,8 por ciento, frente al incremento del 4,9 por ciento del año anterior, lo que demuestra la tendencia a la desaceleración y el empeoramiento del saldo neto de la actividad exterior.
Malo de Molina alerta del riesgo de la productividad
El director general del Servicios de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, ha destacado en rueda de prensa la buena situación de las empresas para continuar generando dinamismo en la inversión –que creció hasta septiembre un 9,4 por ciento– y seguir creando empleo, lo que prolonga, a su vez, el auge económico que experimenta España. Sin embargo, alertó del riesgo que sufrirán la empresas en el futuro al no contar con un descenso de los costes financieros, que las obligará a ser más rentables y competitivas para continuar creciendo, y que hará necesario que moderen los procesos de creación de renta y que profundicen en las reformas estructurales marcadas por el Gobierno, que proponen mejorar la productividad y crear empleo.
Los gastos financieros en 2005 han roto la tendencia negativa registrada desde el año 2001, como consecuencia del aumento de la financiación ajena y a que los tipos de interés, que se encuentran en niveles muy reducidos, parecen haber agotado su recorrido a la baja. No obstante, los ingresos financieros también aumentaron durante los nueve primeros meses del año, como consecuencia de importantes entradas de dividendos provenientes de filiales en el extranjero de multinacionales españolas y al haberse recuperado las economías donde estas empresas localizan sus inversiones.
Asimismo, el Banco de España destaca la desaceleración en la actividad productiva de las empresas de todos los sectores, a excepción de la energía, como consecuencia del incremento de la demanda eléctrica.