LD (EFE) El acuerdo pasará ahora al Parlamento Europeo, que debe aprobarlo, y no se descarta que lo haga en primera lectura, con lo que se pondrían fin a 15 años de discusiones para lograr una normativa común sobre OPAs.
La Comisión Europea mostró su oposición al acuerdo –motivo por el que era necesaria la unanimidad para su aprobación– al considerar que los cambios introducidos vacían la propuesta de directiva (ley-marco) de contenido.
El comisario europeo de Mercado Interior, Frits Bolkestein, tomó nota de la posición unánime del Consejo de reemplazar la propuesta del Ejecutivo comunitario por la presentada por la presidencia italiana de turno de la UE. Durante los debates, buena parte de los países reconocieron que el texto de compromiso no era el mejor y que podría ser más ambicioso, pero consideraron que esta era la única forma de llegar a un acuerdo, que además puede contar con la luz verde de la Eurocámara, que ya rechazó en 2001 una primera propuesta.
Bolkestein dijo que el acuerdo se alcanza "contra el deseo de la Comisión Europea", que considera que los cambios introducidos en los artículos 9 y 11 "vacían de contenido" la directiva. El texto prevé que cinco años después de la entrada en vigor de la directiva, la Comisión Europea la examine a la luz de la experiencia adquirida y, en caso necesario, proponga una revisión. España, que defendía las tesis del Ejecutivo comunitario, considera que el sistema aprobado proporciona un nivel escaso de armonización de las normas, lo que repercute en la seguridad jurídica.
La Comisión Europea mostró su oposición al acuerdo –motivo por el que era necesaria la unanimidad para su aprobación– al considerar que los cambios introducidos vacían la propuesta de directiva (ley-marco) de contenido.
El comisario europeo de Mercado Interior, Frits Bolkestein, tomó nota de la posición unánime del Consejo de reemplazar la propuesta del Ejecutivo comunitario por la presentada por la presidencia italiana de turno de la UE. Durante los debates, buena parte de los países reconocieron que el texto de compromiso no era el mejor y que podría ser más ambicioso, pero consideraron que esta era la única forma de llegar a un acuerdo, que además puede contar con la luz verde de la Eurocámara, que ya rechazó en 2001 una primera propuesta.
Bolkestein dijo que el acuerdo se alcanza "contra el deseo de la Comisión Europea", que considera que los cambios introducidos en los artículos 9 y 11 "vacían de contenido" la directiva. El texto prevé que cinco años después de la entrada en vigor de la directiva, la Comisión Europea la examine a la luz de la experiencia adquirida y, en caso necesario, proponga una revisión. España, que defendía las tesis del Ejecutivo comunitario, considera que el sistema aprobado proporciona un nivel escaso de armonización de las normas, lo que repercute en la seguridad jurídica.