L D (EFE) Esto apunta hacia "una aceleración del crecimiento en la segunda mitad de 2005", lo que unido a la evolución positiva del primer trimestre, permitiría llegar al aumento del 1,6 por ciento del Producto Interior Bruto que señalaban las previsiones económicas de primavera de la Comisión.
El informe indica que el crecimiento en el periodo abril-junio ha estado "en línea con las expectativas de la Comisión" pero la actividad se ha mostrado más lenta de lo previsto debido al alza de los precios del petróleo y a la pérdida del "momentum" del auge de la industria. Ambas cuestiones han influido en la actividad empresarial y en la confianza de los consumidores y han sido las principal razones de que el crecimiento en el segundo trimestre haya sido menor que en el primero, explicó en rueda de prensa el director general de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión, Klaus Regling.
Sin embargo, hay una serie de razones que invitan a la confianza en un repunte económico en la segunda mitad del año, asegura el informe. Por un lado, hay señales de que la lenta evolución de la economía global está llegando a su término y de que el comercio mundial está creciendo de nuevo. Asimismo, los recientes ajustes de la tasa de cambio del euro frente al dólar favorecen las exportaciones de la eurozona, a lo que se une el hecho de que las condiciones financieras y monetarias permanezcan en niveles adecuados y a que hay señales de aumento de la confianza. Pero además de realizar una evaluación de la situación general en la zona euro, el informe analiza las diferencias de crecimiento en los 12 Estados de la moneda común.
Los expertos de la Comisión consideran que aunque esas diferencias "no son inusualmente altas" en términos históricos o en comparación con Estados Unidos, sí "requieren acción urgente por parte de algunos países miembros para afianzar debilidades estructurales y otros problemas". Persisten las diferencias en el crecimiento a largo plazo, lo que preocupa a los analistas, especialmente porque no pueden ser explicadas debido a la rápida evolución de las economías en recuperación. El problema está en que esa persistencia de diferencias parece indicar que los mecanismos que deberían ayudar a ajustar los disturbios económicos están funcionando "decepcionantemente lentos". Por ello, se necesitan mejoras en el funcionamiento de los mercados laborales y de aumento de la competencia en los mercados de productos.
El informe señala que una de las razones de las diferencias de las tasas de crecimiento podría estar ligada a la fragmentación de los mercados inmobiliario y de créditos. "La sincronización de los precios de las viviendas en los Estados miembros permanece relativamente limitado", afirma el documento. También señala que el impacto de los precios de las casas en la actividad económica general "varia dependiendo de los países y es particularmente reducida en algunos de los Estados miembros más grandes". Los precios de las viviendas en la zona euro "han experimentado un incremento notable desde finales de la década de los noventa gracias a una amplia caída de las tasas de interés". Pero "no han sido necesariamente una fuente importante de resistencia económica", contrariamente a lo ocurrido en el Reino Unido y Estados Unidos. Esto podría ser explicado por el hecho de que la refinanciación de los créditos cuando las tasas de interés caen es más habitual en estados Unidos. Por ello, el informe considera que una mayor integración y liberalización de los mercados de crédito en la zona euro ayudaría a reducir las diferencias y facilitaría la política monetaria común.